[3] Surgió cuando Antonio Huachaca capturó Huanta y declaró la abolición de la República Peruana, la cual se había conformado en 1822; por lo que Huachaca desde su castillo, sus tribunales y sus cabildos administraba el poder nombrando a sus delegados o alcaldes, así como organizando diezmeros[1] que recaudaban fondos para la causa de "Su Majestad Católica".Los iquichanos habían destacado como guerreros, combatiendo contra los rebeldes cuzqueños leales a Túpac Amaru II en 1781.Los iquichanos defendían un régimen monárquico, corporativo, pluri-étnico y poliárquico inspirado en la Monarquía tradicional y el Pluralismo jurídico de los Fueros del Imperio español (al que consideraban garante de su Derecho consuetudinario con el Pactismo de su vasallaje a la Corona), siendo una reacción al Constitucionalismo uniformizador y progresista, al Centralismo limeño y a la Democracia liberal (también inicialmente al Bolivarianismo) por el peligro a que sus instituciones tradicionales no sean respetadas por un estado dominado por criollos y la desconfianza a la incertidumbre de las elecciones democráticas.También sería una lucha religiosa en defensa del Catolicismo político contra las ideas nuevas heréticas de anticristos republicanos.[17] Huachaca llegó por Mollepata con 100 tiradores de línea y muchos indios con lanzas y rejones, pero los morochucos bajaron de La Picota por Quebrada Honda para amenazar la retaguardia iquichana, los andahuaylinos atacaron el ala derecha por Huatatas y el coronel Vidal estaba al mando de las milicias en el centro, entre los tunales del arrabal Calvario.La toma de la capital provincial era clave, podía «transformar esta guerra campesina en guerra civil»[24] porque sus planes incluían apoderarse de Ayacucho para cortar las comunicaciones entre Cuzco y Lima y aislar al sur del Perú.Después esperaban alzar en armas Huancavelica, Ica, Aymaraes y Cerro de Pasco para formar un gran ejército con el que recuperar Perú para su rey.[26] Poco después del combate llegaba el general Francisco de Paula Otero (1786-1854) con 300 soldados desde Lima.En el enfrentamiento cayeron 21 guerrilleros, incluyendo el sargento mayor Pedro Cárdenas y el hermano del caudillo, Prudencio Huachaca.El 8 de junio, en una acción armada en plena selva, casi todos los líderes realistas son capturados.Esto demostraría ser una mala decisión, los guerrilleros iquichanos lograron resistir por años gracias al encontrar refugio en las selvas bajas al este de la sierra, zonas sólo accesibles por el Mantaro y el Apurímac, territorios fuera del control estatal.Todo caudillo exitoso debía tener una importante base de apoyo rural.[39] Tras vencer la revuelta en la capital, Orbegoso debió enfrentar a Gamarra en la sierra meridional del país buscando una alianza con los habitantes de Huanta.[33] En marzo de 1839 se alza en armas contra el ejército restaurador y pone bajo asedio a Huanta infructuosamente.[48] En 1839, cuando la Confederación Perú-Boliviana, fue derrotada por el Ejército Restaurador del Perú, para marzo del mismo año, el general Huachaca y los indígenas iquichanos estaban nuevamente en armas contra una “restauración” criolla, ahora sostenida por las bayonetas extranjeras.Por ello el Ejército Católico sitia nuevamente Huanta, que estaba ocupada por el batallón chileno “Cazadores”.[13] Ante esta grave situación el prefecto de Ayacucho, coronel Lopera, envió de refuerzo al batallón chileno “Valdivia”, que rompió el asedio y comenzó una cruel expedición en las punas contra la “indiada”.[13] Por otra parte, la folclorista Alfonsina Barrionuevo registro que incluso a inicios del siglo XX aún existía la “supervivencia increpable de una antigua costumbre" monárquica que provenía de la cultura política contrarrevolucionaria presente en el Antiguo Régimen (análoga a la tendencia Reaccionaria en varias regiones campesinas y católicas con el ideario del Reinado social de Jesucristo y el rechazo a la Modernización política).