[7] Durante su presidencia, entre 1829 y 1833 Gamarra había favorecido a los comerciantes limeños y comprado con preventas a numerosos oficiales, nunca había respetado el Congreso ni la Constitución y Cuzco era su bastión personal, por lo que siempre estaba dispuesto a volver al poder.
[8] En aquella época no existía un ejército profesional nacional, sino que milicias de reclutas forzados, principalmente campesinos indígenas aimaras y quechas, «sin campesinado no había ejército, y sin ejército no había Estado».
Todo caudillo exitoso debía tener una importante base de apoyo rural.
[10] Tras vencer la revuelta en la capital, Orbegoso debió enfrentar a Gamarra en la sierra meridional del país buscando una alianza con los habitantes de Huanta.
[17] En marzo de 1839 se alza en armas contra el ejército restaurador y pone bajo asedio a Huanta infructuosamente.