El Museo Arqueológico Nacional es un museo nacional español con sede en el Palacio de Biblioteca y Museos Nacionales de Madrid, un edificio del siglo XIX, iniciado por el arquitecto Francisco Jareño y Alarcón y finalizado por Antonio Ruiz de Salces, que comparte con la Biblioteca Nacional[2] y que se ubica en la calle Serrano, junto a la plaza de Colón.[5] Para mitigar ese problema, en 1844 se crearon las Comisiones Provinciales de Monumentos, cuyo fin era reunir objetos para formar museos o colecciones en cada provincia.Asimismo, la Ley General de Instrucción Pública de 1857 otorgaba a los archivos, bibliotecas y museos una misión docente, factor que también influyó en la creación del Museo Arqueológico Nacional.[7] Poco tiempo después, el 16 de junio, se nombró a su primer director, Pedro Felipe Monlau, y se cedió para sede provisional del Museo el palacete y otros pabellones del Casino de la Reina, pues en 1866 se habían iniciado las obras de la que sería su sede definitiva.El estado de sus edificios no era el más adecuado, por lo que durante el verano de 1867 se llevaron a cabo diversas obras de rehabilitación y adaptación, que afectaron principalmente al antiguo invernadero, y en el otoño del mismo año se produjo una segunda etapa de rehabilitación, con especial atención a los jardines.En noviembre, una real orden mandaba trasladar las colecciones al nuevo Museo Arqueológico.[11] En 1868 accedió a la dirección del Museo José Amador de los Ríos.Bajo su gestión se realizaron obras en la capilla, en los jardines y en la nueva portada del recinto exterior.Durante la misma, una turba enemiga de Isabel II prendió fuego a la fachada, siendo atajada por los trabajadores, ante lo cual el director ordenó al personal del Museo que se armase para defenderlo, llegando a patrullar por el barrio auténticos arqueólogos milicianos.[13] Destituido el director por motivos políticos, le sustituyó Ventura Ruiz Aguilera,[13] quien tuvo que posponer la inauguración del Museo debido a las obras y mejoras que requerían las instalaciones.Las deficiencias de estas y el espacio insuficiente para un montaje adecuado llevaron a solicitar al Ministerio la ampliación del Museo, sin fortuna.[17] En cuanto a las publicaciones, en 1876 se había publicado la Noticia histórica-descriptiva del Museo Arqueológico Nacional, y en 1883 se publicó un Catálogo, obra de Rada, del que solo vería la luz su primer volumen, dedicado a una de las secciones del museo.En ellas participó el Museo, trasladando muchas de sus colecciones, que se recogieron en un Catálogo General en 1893.En este año el Museo también participó en otra exposición, la Histórico-Natural y Etnográfica.Aunque se preveía disponer de mayor espacio en la nueva sede, al Museo solo le correspondieron dos plantas del ala de Serrano, dos patios cubiertos y parte del sótano.[23] En estos años se publicaron varios trabajos destinados a difundir los fondos del Museo, entre ellos varios catálogos y dos guías, la Guía histórica y descriptiva del Museo Arqueológico Nacional (1917) y Una visita al Museo Arqueológico Nacional (1925).[24] Las nuevas tendencias artísticas se fueron imponiendo en la museografía y todos los aspectos decorativos derivados del neoclasicismo, eclecticismo y Art Nouveau se fueron eliminando; se pretendía que las piezas absorbieran la atención del público sin la molestia de adornos complementarios.[30] En 1939 se evacuaron los fondos acumulados en las distintas salas por parte del Servicio de Recuperación Artística, lo que permitió, al año siguiente, abrir al público una instalación provisional, con las muestras más representativas de sus colecciones.Las instalaciones hechas se habían quedado obsoletas y a partir de 1968 se introdujeron nuevos conceptos museográficos, reformando por completo el museo y reinstalando todas sus colecciones.Los fondos de estas instituciones aumentaban continuamente y se hizo necesaria una nueva sede; el deseo inicial era una nueva para cada institución, pero la carencia de medios económicos evitó que así fuera.[40] A lo largo de los años que Jareño estuvo al frente, se sucedieron varios proyectos, distinguiéndose dos generales: el aprobado en 1865 y el anterior a 1871.[46] En 1884 se nombró a Antonio Ruiz de Salces encargado del proyecto definitivo, hasta la conclusión del edificio en 1892, que se refleja en el Palacio existente actualmente.Las ventanas de las fachadas se rematan por frontones triangulares; desaparece la cúpula sobre la sala de lectura octogonal, que pasa a ser cuadrada; la decoración se ciñe a elementos arquitectónicos, como capiteles, cornisas o molduras, dentro de un estilo que los estudiosos encuadran en el eclecticismo neoclásico.
Motín en la noche del 11 de diciembre de 1872, cuando una turba de sublevados invadió el museo. Se produjo el robo de una espada granadina, recuperada al día siguiente.
Copa
argárica
de arcilla (2200-1500 a C.) depositada en el M.A.N.