La abadesa era nieta del rey Pedro I por ser hija del infante Juan de Castilla, único hijo de Pedro I con la reina consorte Juana de Castro.
[1] La estatua, que inicialmente era yacente (recostada), fue transformada en orante (arrodillada) al ser reconstruida en 1504 por orden de los Reyes Católicos.
En el siglo XVII se le seccionaron parcialmente las piernas para poder introducir la figura en un nicho.
La estatua fue encontrada en 1845 por la «Comisión de Monumentos» en el sótano del convento y trasladada al coro de la iglesia junto al sepulcro de su nieta Constanza.
En 1869, año de la demolición del convento, ingresó en el Museo Arqueológico Nacional.