La cronología del yacimiento se entiende desde el siglo IV a. C. hasta la época romana.
La figura muestra una rica vestimenta, que denota la pertenencia a un nivel social elevado.
Se muestra ricamente ataviada con tres túnicas superpuestas;, de pliegues muy finos, roza el suelo y enmarca los pies calzados.
Encima porta una túnica fina con bordados en el caen hieráticos bajo las manos resaltando la ofrenda.
[2] La riqueza del traje indica una dama de la alta sociedad, que puede estar ofreciendo un presente a la divinidad, o podría participar en un rito de iniciación.