Literatura del siglo XVIII
En la literatura del siglo XVIII se pueden diferenciar tres tendencias literarias: la clasicista o neoclásica, heredera del clasicismo desarrollado de forma simultánea al barroco durante el siglo XVII, y que continuó vigente a lo largo de casi todo el siglo XVIII, sobre todo en poesía y teatro; la ilustrada vinculada a la corriente filosófica e ideológica de la Ilustración y la Encyclopédie; y la prerromántica, que rechazaba la estética neoclásica anticipando el romanticismo del siglo XIX.En el siglo XVIII, la literatura, en su afán didáctico, divulga los ideales de progreso, racionalismo y modernidad que defendía la ilustración.El ensayo se convierte en uno de los géneros más relevantes del siglo, pensado como escritos literarios para instruir a la población sobre asuntos morales y científicos.En Inglaterra triunfa la llamada comedia de la Restauración, donde se representa una farsa moral con intrigas amorosas burguesas.Comienza a publicarse The Spectator, diario de gran influencia, escrito por Joseph Addison y Richard Steele.Esta novela moderna convive con géneros heredados del siglo anterior, como demuestra la incursión en la picaresca de Alain-René Lesage con su Gil Blas (1715-1735).La historiografía reinante, sin embargo, muestra un fuerte etnocentrismo que pone en cuestión la pretendida objetividad de sus autores.En él, Gulliver visita varios países y describe las costumbres para satirizar la realidad inglesa de forma indirecta.Ludvig Holberg, por su parte, trasladó estas reglas a sus obras de teatro, con las que refundó las letras nórdicas,[6] modernizando la lengua literaria.Entre sus autores destacan Jean le Rond d'Alembert, Diderot y Voltaire, autor que escribió en la misma época Cándido o el optimismo (1759), una novela donde se habla de la actitud correcta ante la vida, es decir, una obra que comparte la voluntad didáctica de la enciclopedia.Compatriota suyo es Giuseppe Parini, un autor que usa el diálogo poético con la misma intención crítica.En España la novela Fray Gerundio de Campazas denuncia el exceso del barroco,[9] que había perdurado durante medio siglo.Por los mismos años este filósofo reflexiona sobre el contrato social que delega parte del poder al Estado para asegurar justamente una cierta igualdad, incluyendo la enseñanza.Su importancia en las letras asiáticas es tan alta que incluso se creó una rama de la crítica dedicada únicamente a su análisis.Ignacy Krasicki fue uno de los mayores poetas polacos del siglo, tanto por sus composiciones líricas como sus fábulas.Desde entonces, el formato de la carta amorosa, popularizado con Richardson, se vuelve canónico del género.Jozef Ignacia Bajza escribió la que se considera la primera novela en eslovaco, René mládenca príhody a skúsenosti, también siguiendo estos patrones.Justine o los infortunios de la virtud (1791) es una novela pornográfica que acuña el término «sadismo».Aparte corrientes ilustradas menores, la Ilustración es clasificable en: 1) inglesa o empirismo inglés, muy vinculada al prerromanticismo; 2) alemana de tendencia idealista, que sustancialmente se identifica con el Clasicismo Alemán; 3) francesa enciclopedista; 4) española o hispánica universalista.El prerromanticismo fue un movimiento literario que se desarrolla en Europa a lo largo del siglo XVIII y cuyo ocaso transcurre en las últimas décadas de la centuria, en total oposición al Neoclasicismo.