Cándido

Al final de la narración, Cándido sienta cabeza ante una felicidad más modesta, pero más real que el ciego optimismo que había vivido en su castillo, cultivando su jardín y viviendo con su mujer.Voltaire se opone a esta filosofía, en la que ve una tendencia al fatalismo y el estancamiento de la condición individual.La coincidencia con la fecha del calendario cristiano tuvo un gran impacto sobre los teólogos de la época.Las descripciones y crónicas del terremoto volvían una tarea casi imposible explicar bajo una lente optimista los horrores de este desastre.En ambos, Voltaire ataca la concepción optimista del mundo con su famoso estilo sarcástico e irónico.Sin embargo, debido a la revocación de su privilegio real, este proyecto se detiene.François Marie Arouet, también conocido como Voltaire, escribe en esta obra el curso de su vida.Sin embargo, si se analiza la evolución psicológica del héroe Cándido y se compara con la evolución de su autor, se puede concluir que este último refleja en el libro su carrera como filósofo, desde Mondain, que fue su primera obra, en la que hace gala de bastante optimismo, hasta Cándido, su última obra, donde demuestra su pesimismo moderado[cita requerida].
«La partida se jugaba a lo grande. Cándido se asombró de que los ases nunca le llegaran» (capítulo. XXII).
Grabado del terremoto de Lisboa de 1755