Jan Potocki

Józef Potocki, con orígenes austriacos, polacos y ucranianos, poseía tierras en Ucrania, cuando éstas pertenecían al Imperio Austro-húngaro.

Se cree que era judío askenazí, etnia dominante en aquellas tierras, y que se convirtió al catolicismo para poder entablar relaciones personales y familiares con la alta aristocracia polaca, toda de religión católica, la mayoritaria en el país.

Sin embargo, entre 1810 y 1815, Potocki decidió eliminar toda mención al mito del Judío Errante, Ahasvero; algunos biógrafos (cf.

Potocki evocaría más tarde, en su Manuscrit trouvé a Saragosse, algo de esa Tunicia entrevista en 1779.

Es probable que Potocki visitara en Madrid el estudio de Goya, como afirma su biógrafo Édouard Krakowski.

La princesa Julia no solo era bella sino una excelente cultivadora de las artes (música, danza, pintura, teatro).

Estanislao Augusto favorecía esa tendencia moderada, pero Potocki fue acusado de jacobino por la policía, que intentó cortar su propaganda revolucionaria.

Potocki no se dio por vencido, e instaló en su propio palacio una imprenta privada donde siguió editando folletos y libelos de tono acentuadamente progresista.

Atravesó París en plena conmoción revolucionaria, y fletó un barco en Marsella que le condujo a Barcelona.

En Estepona Potocki embarcó para Gibraltar, y en esa travesía vio por vez primera un pez singular al que llama en su diario una meula.

Una flota española se presenta frente a la bahía de Tánger y bombardea la ciudad.

Como tantos otros, Potocki se entusiasma viendo a las bellas bailarinas bailando fandangos y tocando las castañuelas.

-escribe desencantado-; la libertad sobrevivirá, pero en cuanto a la felicidad pública, nuestra generación tiene que despedirse de ella.

El Voyage dans quelques parties de la Basse-Saxe pour la recherche des antiquités slaves ou vendes, los cuatro volúmenes de los Fragments historiques et géographiques sur la Scythie, la Sarmatie et les Slaves, la Histoire primitive des Peuples de la Russie, quizá su obra fundamental, que aparece en San Petersburgo en 1802, el Voyage dans les Steppes d'Astrakhan et du Caucase.

Pero Potocki no era solo un erudito infatigable y minucioso: era también un creador, como ya lo había probado con sus piezas teatrales, y volvió a demostrarlo al publicar en 1804, en San Petersburgo, donde se hallaba con su amigo el príncipe Adam Czartoryski, la primera parte de su extraordinaria novela Manuscrit trouvé a Saragosse, también escrita en francés.

Al año siguiente el Zar le designó jefe de la Misión Científica adjunta a la embajada que, dirigida por el conde Golovkin, iba a visitar China con fines políticos y científicos.

Doscientas cuarenta personas formaban esta embajada,de la que conservamos una relación precisa y no exenta de humor gracias a la Mémoire sur l'expeditlon en Chine que Potocki escribió como diario del viaje.

Los resultados políticos de la expedición fueron nulos, al negarles el paso el emperador Jiaqing, pero Potocki supo recoger en su Memoria no pocos datos científicos de interés, yendo a parar a Mongolia.

La intervención de su padre cerca del Zar obtuvo rápidamente su liberación, y el conde Alfredo pudo regresar a Polonia como un héroe, mientras Potocki permanecía en San Petersburgo.

En esa situación, continuar sirviendo al zar hubiese sido llevar demasiado lejos la traición.

El príncipe Adam Czartoryski pidió al zar le autorizara a dejar su servicio, y Potocki le imitó, obteniendo de Alejandro I permiso para retirarse a la Podolia, donde poseía una pequeña propiedad en Uladowka.

Jan Potocki.
Escudo del clan Piława.