La Gioconda

El retrato de Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo,[1]​ más conocido como La Gioconda (La Joconde en francés) o Monna Lisa, es una obra pictórica del polímata renacentista florentino Leonardo da Vinci.El cuadro está protegido por múltiples sistemas de seguridad y ambientado a temperatura estable para su preservación óptima.La fama de esta pintura no se basa únicamente en la técnica empleada o en su belleza, sino también en los misterios que la rodean.Con la Revolución francesa llegó al Museo del Louvre, lugar donde se trasladó en 1797.[16]​[21]​ La pintura tiene una grieta vertical de 12 centímetros en la mitad superior, tal vez debida a la eliminación del marco original, si bien un estudio actual con rayos infrarrojos revela que la grieta puede ser tan antigua como la misma tabla.En la actualidad, se ha determinado que la fisura es estable y no ha empeorado con el tiempo.[23]​ Sin embargo, para descartar cualquier peligro, en 2004 se constituyó un equipo de curadores franceses, que vigilan permanentemente el estado de la pintura, previniendo cualquier alteración provocada por el tiempo.[25]​ Aparece sentada en una galería,[26]​ viéndose a los lados, cortadas, las bases de unas columnas.[33]​ Según otros expertos, las cejas depiladas eran habituales en las damas de alcurnia florentinas;[34]​ o Leonardo evitó pintar las cejas y las pestañas para dejar su expresión más ambigua, o tal vez porque nunca llegó a terminar la obra.La dama dirige la mirada ligeramente a su izquierda y muestra una sonrisa considerada enigmática.[26]​ La técnica de Leonardo da Vinci se aprecia con más facilidad gracias a la «inmersión» de la modelo en la atmósfera y el paisaje que la rodean, potenciada además por el avance en la «perspectiva atmosférica» del fondo, que sería el logro final del Barroco,[35]​ donde los colores tienden al azulado y la transparencia, aumentando la sensación de profundidad.[36]​ La conservación de la obra es mediana, con un craquelado bastante evidente en toda la superficie y una fisura bastante importante que, desde el borde superior, desciende en vertical sobre la cabeza del personaje.Frente a la gran cantidad de preguntas, las respuestas no suelen ser demasiado convincentes, por lo que los debates siguen abiertos.En el siglo XVI Leonardo da Vinci pintó a Mona Lisa buscando el efecto de que la sonrisa desapareciera al mirarla directamente y reapareciera solo cuando la vista se fija en otras partes del cuadro.[41]​ Leonardo pintó la sonrisa de Mona Lisa usando unas sombras que se ven mejor con la visión periférica.[43]​ La conclusión alcanzada por el programa, es que Mona Lisa está un 83 % feliz, un 9 % disgustada, un 6 % temerosa y un 2 % enfadada.[5]​ Diversas hipótesis se han generado en torno a la identidad de la modelo.Según esta última teoría, Leonardo habría pintado el retrato en Roma por encargo de Juliano de Médicis y habría reciclado para ello un retrato inconcluso que había hecho a Lisa Gherardini.[49]​ Otras propuestas han sido que la modelo pudo ser una amante del propio Leonardo, un adolescente vestido de mujer,[5]​ un autorretrato del autor en versión femenina[50]​ o incluso, una simple mujer imaginaria.[51]​[52]​ A este respecto, Sigmund Freud sugirió que la pintura reflejaba una preocupante masculinidad.[53]​ Estudios que apoyan la teoría de la identidad masculina del modelo lo identifican como Gian Giacomo Caprotti, conocido como Il Salai.[18]​ Existen detractores de las teorías expuestas por Pallanti, pero sus opiniones son mayoritariamente aceptadas.El investigador asegura que la reproducción de la voz es fiable en un noventa por ciento.A continuación salió del museo con el cuadro escondido bajo su ropa, que colocó posteriormente en una valija.El museo permaneció cerrado durante una semana para proceder a la investigación.[66]​ Al mismo tiempo que se realizaban las investigaciones sobre el robo, se capturó al aventurero belga Honoré-Joseph Géry Pieret, quien confesó ser el autor de otro robo acaecido en 1906, pero no del de La Gioconda.[66]​ La pintura fue recuperada dos años y ciento once días después del robo, tras la captura de Peruggia.[66]​ Antes de regresar al museo, la pintura se exhibió en Florencia, Roma y Milán.[69]​ En 1932, el periodista Karl Decker publicó una información según la cual el autor intelectual del robo habría sido un comerciante argentino llamado Eduardo Valfierno, que habría fallecido en 1931, con el fin de vender seis copias falsas, e incluso proporcionó los nombres de los presuntos coleccionistas estafados, pero la veracidad de este relato no pudo ser probada.Lo hizo con tanta fuerza, que destrozó la vitrina, y desprendió un trozo de pigmento del codo izquierdo.
Autorretrato de Leonardo da Vinci .
El rey Francisco I de Francia, quien poseyó el cuadro por algún tiempo.
San Juan Bautista de Leonardo, una de las pinturas en la cual Leonardo aplicó su técnica de sfumato .
Detalle del lado izquierdo del paisaje.
Detalle del lado derecho del paisaje.
Detalle de la mirada de la modelo.
Detalle del rostro craquelado.
Detalle de la sonrisa de Mona Lisa.
Detalle de las manos.
Retrato de la virreina de Nápoles, antaño considerado de Isabel de Aragón , elaborado por Rafael Sanzio . Museo del Louvre , París .
La nota descubierta en la Universidad de Heidelberg escrita por Agostino Vespucci.
El hueco que quedó tras el robo perpetrado en 1911 por Vincenzo Peruggia en la pared del Museo del Louvre que albergaba el cuadro.
Pintura que se exhibe tras el cristal antibalas en el Louvre .
La Monna Vanna , que se atribuye, con dudas, a Salai .