A continuación salió del museo con el cuadro escondido bajo la ropa, que colocó posteriormente en una valija.
[6] Al mismo tiempo que se realizaban las investigaciones sobre el robo, se capturó al aventurero belga Honoré-Joseph Géry Pieret, quien confesó ser el autor de otro robo acaecido en 1906, pero no del de La Gioconda.
[6] La pintura fue recuperada dos años y ciento once días después del robo, tras la captura de Peruggia.
Aunque quizás haya sido sincero en sus motivos, Vincenzo aparentemente no sabía que Leonardo da Vinci llevó esta pintura como un regalo para el rey Francisco I cuando este le llamó a Francia para que fuera pintor de su corte.
Su muerte no fue ampliamente informada por los medios; los obituarios aparecieron por error solo cuando otra persona con su mismo nombre murió en Haute-Savoie en 1947.