Un año más tarde, el propio Leonardo lo califica de «ladrón, embustero, obstinado, glotón».
[4] Salai puede venir también de los verbos italianos salare, que es utilizado popularmente en expresiones que indican incumplimientos (salare la scuola, «hacer novillos») o salassare, «sangrar» (salassare uno es sinónimo de sacarle a alguien el dinero).
El erotismo de esta pintura ha sido analizado por críticos como Martin Kemp y James Saslow.
Es el prototipo de rostro angélico y andrógino, ya que los rasgos del muchacho eran algo femeninos.
Varios dibujos de Leonardo son representaciones muy eróticas del mismo hombre joven.