Durante su etapa universitaria, entró en contacto con el marxismo e ingresó en el Partido Comunista de España.
En marzo de 1936, Monzón fue nombrado presidente del Frente Popular en Navarra.
[1] Jesús Monzón formó pareja con Carmen de Pedro y permanecieron un tiempo en Francia.
Como gobernador civil de Alicante intervino para que Antonio de Lizarza, su salvador carlista durante el Alzamiento, que estaba recluido en Madrid, pudiera pasar a la zona franquista.
Estuvo junto con Manuel Azcárate y Gabriel León Trilla en la llamada Agrupación de Guerrilleros Españoles, bajo control comunista.
[4] Monzón entabló relaciones con grupos católicos de Sevilla, el millonario Juan March y el cardenal Segura.
Esta invasión mal planificada fue desbaratada fácilmente por el Ejército franquista tras pocos días de ofensiva.
Tras el fracaso de la operación, Monzón fue llamado por la cúpula del partido a Francia para rendir cuentas.
Sin embargo, en una parada en Barcelona antes de cruzar la frontera, Monzón fue detenido por la policía franquista junto a otros militantes del partido.
El PCE no dio mérito a la invasión del Valle de Arán y comenzó la "depuración monzonista" al acusar a Monzón como chivo expiatorio por la fallida invasión, cuyo fracaso y mala planificación había deteriorado la reputación del PCE ante la URSS.
[1] De camino hacia Toulouse paró en Barcelona, donde fue protegido por Joventut Combatent, un grupo de militantes civiles que daba apoyo y cobertura a la rama guerrillera del PSUC.
En la prisión, Monzón leía, estudiaba inglés y, como antiguo alumno de los jesuitas, ayudaba al capellán del penal.
A pesar de ser ateo y marxista, terminó escribiendo los sermones del capellán.
Aurora Gómez Urrutia trabajaba en México como ejecutiva para una multinacional petrolera.
No tenía trabajo, ni posibilidades de encontrarlo, al menos en España.
En IBEDE daban conferencias y eran profesores los futuros líderes políticos de la transición y opositores al franquismo como Ramón Tamames, Camilo José Cela, Francisco Fernández Ordóñez, Joaquín Garrigues Walker, Julián Marías, Jordi Pujol, José Luis Sampedro y Luis González Seara.
[1] La policía llegó a intervenir en un acto programado en el que participaban Ramón Tamames, Jordi Pujol y Joaquín Garrigues Walker.
Se recreaba especialmente en supuestas fiestas, líos con mujeres e incluso experiencias homosexuales.
[1] Manuel Azcárate escribió que cuando Carrillo llegó al sur de Francia
[8][9] El 25 de abril de 1986 la nueva dirección del PCE, liderada por Gerardo Iglesias, quien había sucedido a Santiago Carrillo, rehabilitó a varios antiguos militantes, como Comorera, Monzón o Quiñones, difamados hasta entonces como traidores y agentes del franquismo.
Enrique Líster afirmó que, para Carrillo, el delito de Monzón fue su valentía.