Palacio de Navarra

Por su ubicación, aunque adyacente a la Plaza del Castillo (por el norte) y al Paseo de Sarasate (por el oeste también) forma parte del incipiente Segundo Ensanche de Pamplona.

[a]​ Por esta razón también conocido este edificio por ello como la Casa del Reino.

El consistorio pamplonés, que deseaba levantar un teatro y una plaza de toros[b]​ aprovechando parte del solar desamortizado, solicitó a la Diputación esa parcela que ocupaba la parte central (donde actualmente arranca la avenida Carlos III).

[11]​ La respuesta fue positiva y a cambio la Diputación recibió del ayuntamiento el terreno adyacente que daba a la Taconera (actualmente Paseo de Sarasate), un cambio fundamental ya que el nuevo edificio se levantaría exactamente sobre este terreno.

A pesar de todo, los conflictos con las autoridades militares aún perduraban ya que estas mantenían ocupado parte del viejo edificio conventual y seguían aprovechando los materiales para reparar el baluarte de la Reina.

Iniciado el siglo XX, en 1929, José y Javier Yárnoz, una vez que habían desaparecido las murallas, lo ampliaron hacia la avenida Carlos III, eje del Segundo Ensanche, con el mismo estilo que les precedía.

[3]​ Entre las numerosas dependencias, con marcado carácter administrativo, destacan sus dos salones: Del interior destaca el Salón del Trono, la estancia principal, revestida con gran majestuosidad de estilo isabelino realizado entre 1861 y 1865 por el arquitecto Maximiano Hijón que dirigió la obra y se encargó de contratar a los cuatro artistas que intervinieron.

En sus paredes, pintadas en rojo y que descansan sobre un nivel base en mármol, se muestran espejos con marcos dorados entre pilastras con capiteles corintios y dorados que sustentan un friso ricamente decorado.

Sobre el mismo se representan a los principales personajes y episodios que forjan la historia del Reino de Navarra durante la Edad Media.

También se acompañan el conjunto con cuatro bajorrelieves representando a las ciencias, artes, armas y agricultura.

[20]​ En el esquilfe de la bóveda se muestran diez medallones unidos por guirnaldas representando las armas de ciudades y villas navarras como Pamplona, Olite, Tudela, Tafalla, Estella, Sangüesa, Puente la Reina, Aoiz, Viana, Lumbier, Cascante, Corella, Monreal y Los Arcos.

[1]​ Las escenas históricas que rellenan las paredes a diferentes niveles recreando momentos clave en Navarra: Entre el resto de elementos que forman parte del salón están el propio trono, elevado sobre un estrado de tres peldaños bajo un dosel aterciopelado donde se disponen dos sitiales constituyendo el trono y cuyo uso queda exclusivamente reservado a los Reyes de España.

En sus paredes se pueden ver cicatrices de la guerra civil española , impactos de las bombas lanzadas el 12 de noviembre de 1937 por la aviación republicana.
Detalle del Salón de Sesiones (Palacio de Navarra). Techumbre con artesonado de madera de roble.
Detalle del Salón de Sesiones (Palacio de Navarra) mostrando el escudo de Navarra sostenido por sendas alegorías de la Montaña y la Ribera.