[2][3][4] El Ejército español, al considerar que Pamplona seguía siendo una plaza fuerte, mantenían la ciudad encerrada en las murallas y la imposibilidad de edificar en los alrededores por ser «zonas polémicas», es decir por ser próximo a un lugar de interés militar.
En esta ocasión los militares cedieron a la ampliación de la ciudad y por tanto el derribo parcial de las murallas cuando comprobaron que los nuevos sistemas de guerra empleados en la Primera Guerra Mundial, en que se podía bombardear las ciudades con la aviación, no servían, demostrando que el sistema defensivo del siglo XX debería ser otro.
[5] Finalmente el nuevo barrio tendría un trazado ordenado de forma reticular diseñado en 1916 por el también arquitecto municipal Serapio Esparza, con manzanas cuadradas con un patio interior.
En esta emblemática calle se instalaría la alta burguesía de la ciudad e importantes entidades.
Todo este conjunto, hoy día, es muy polémico en cuanto a su posible reconversión o derribo.
La otra avenida del Segundo Ensanche que cruza a la anterior es la actual avenida de la Baja Navarra, que en su nombre se ha reflejado la historia de Navarra en este último siglo.
Esto también ocurrió con otras plazas y calles de este barrio.La construcción se llevó a cabo en dos fases.