El conjunto escultórico, interior y exterior, es obra del granadino Eduardo Carretero y las pinturas murales, por otra parte, son obra del pintor navarro Emilio Sánchez Cayuela Gutxi Desde diciembre de 1980 está considerado Bien de Interés Cultural.
[7] La casa parroquial se continuó levantando durante 1953 y el primer trimestre de 1954.
Con ello se finaliza el proceso constructivo de la iglesia y la casa parroquial.
Félix Huarte terminó finalmente por aportar unos siete millones y medio de pesetas.
[15] La fachada principal está orientada al oeste, a la calle Olite, mostrando un triple acceso, sobre los cuales, apoyados en arcos de medio punto, se muestra un tímpano que representa el milagro del crucifijo devuelto de las aguas por un cangrejo.
Sobre este conjunto escultórico, un rosetón central que ilumina la nave con una simbología centrada en la Santísima Trinidad.
Presenta un gran lienzo de piedra, de forma cóncava, en ángulo, apoyado sobre dos columnas que dan paso al jardín que comunica, al mismo tiempo, la casa sacerdotal, la iglesia y la capilla.
[19] De nave única, con una gran iluminación, muestra ya elementos arquitectónicos posconcilares.
A su vez, en la disposición vertical del espacio, pueden distinguirse tres niveles: Se levanta sobre siete gradas, quedando en un espacio bien diferenciado respecto a la nave, donde además existe una iluminación cenital sobre el mural, luz que entra por las vidrieras de la cúpula que lo remata.
Esta figura del cuerpo central forma parte de la escena mural que la rodea.
[23]Del interior de la iglesia son llamativas las pinturas murales firmadas por Emilio Sánchez Cayuela que decoran el presbiterio.
[25] Ambos lados de esta escultura muestran murales con dos grupos dispuestos ordenadamente, en simétrica composición triangular.
Las edificaciones del fondo situarían la escena en Trichendur o en Suchindran, al sur de la India.
Esta representación de la gloria con la Trinidad supone una innovación en el tema iconográfico.
En el traslado al nuevo templo fue colocado en una capilla lateral tras haber sufrido mayores estropicios.
En el interior del mismo se muestra un círculo como figura geométrica que simboliza la ausencia de principio y fin, eterno continuo, o Dios Padre.
Es un espacio trapezoidal, independiente, separado también por una reja del resto de la iglesia, con una cubierta plana abierta a una cúpula hexagonal irregular, reforzando el tradicional carácter bautismal que desde antiguo asociaba a las plantas poligonales con este rito sacramental.
[22] La casa sacerdotal o parroquial se construyó conjuntamente a la iglesia, pero no de forma simultánea.
El acceso a esta parte, como ya se ha indicado, lleva también al atrio ajardinado compartido con la iglesia y la capilla.
[12] Actualmente es sede del Centro Animación Misionera "San Francisco Javier", «un espacio para la animación, formación y cooperación misionera en Navarra, creado por Obras Misionales Pontificias (OMP), la Delegación Diocesana de Misiones de Pamplona y Tudela».
[36] Levantada en un período preconciliar, el conjunto tuvo la perspicacia y el atrevimiento de adelantarse a su tiempo hasta el punto de que, arquitectónicamente hablando, se asemeja más a las iglesias postconciliares, levantadas una década más tarde, buscando espacios únicos e integradores donde participen los fieles en las celebraciones sin establecer jerarquías.