[5] Otras lenguas como el laal,[6] el shabo,[7] y el dahalo[8] no llegan a los dos millares.
[11] La expansión bantú en el África Subsahariana oriental, así como la arabización del norte, como consecuencia de la expansión islámica a partir siglo VII, alteraron drásticamente la distribución de lenguas en el continente.
Las lenguas africanas son tipológicamente muy variadas, con casi la misma diversidad de tipos que el conjunto de lenguas del mundo; sin embargo, algunos rasgos son algo más frecuentes en África que en el resto del mundo y ciertas características aunque presentes también en África se dan con menos frecuencia que fuera del continente.
Además, hay lenguas tonales la cuarta gran familia africana, las lenguas afroasiáticas, aunque la presencia de tono es menos frecuente que en los otros grupos, así los grupos omótico, cushítico y chádico son en general tonales.
El tipo más común de sistemas tonales opone dos niveles tonales: (A) alto y (B) bajo (tonos de nivel) que pueden a menudo ser analizados como dos o más tonos en sucesión en una sílaba sencilla.
Respecto a como se señalan el sujeto y el objeto de una oración, en África están presentes todas las estrategias comunes en el resto del mundo (orden sintáctico, caso gramatical, indexación).
Sin embargo, el marcaje de caso consistente en dejar el objeto sin marca y el sujeto marcado, que es infrecuente en el resto del mundo, no es raro en África, este tipo de marcajes se dan en somalí, oromo y maasái.
Otra característica poco frecuente en el resto del muno es que la marca de caso no sea un afijo o adposición, sino un tono diferente, esto se da en somalí y en lenguas bantúes occidentales.
Las lenguas desprovistas de inflexión verbal son escasas, un ejemplo es el zarma, una lengua sin indexación de objeto o verbo y en la que el tiempo, aspecto y modo gramaticales se expresan mediante clíticos que pueden aparecer separados del verbo por un sintagma nominal: También es frecuente que se use la misma palabra para designar animal y comida.
La palabra nama o nyama con los significados de animal y comida existe en varias lenguas africanas.
[16] La clasificación en cuatro unidades fue propuesta inicialmente por Joseph Greenberg, aunque en gran parte había sido anticipada por Diedrich Westermann.
[17] Después de Greenberg se han hecho ciertos ajustes, y algunas de sus agrupaciones intermedias han sido reelaboradas, aunque en esencia se sigue aceptando ampliamente que existen cuatro grandes grupos lingüísticos.
La egipcia, semítica y bereber son ramas predominantemente habladas (aunque no exclusivamente) por personas de origen caucasoide.
Las lenguas kadu fueron a menudo agrupadas con las kordofanianas, pero hoy en día se considera que forman parte de la familia nilo-sahariana.
Las lenguas khoisán, unas 50, habladas por unas 120 000 personas, se encuentran principalmente en Namibia, Botsuana y Angola.
Desde la era de la colonización, lenguas europeas como el francés, el inglés, y en menor medida el portugués, tuvieron una gran difusión en el continente africano.
Dentro de este grupo está también el español, el italiano, el alemán y el afrikáans, que es un dialecto del neerlandés.
Y, finalmente, hay otras basadas autóctonas, como el sango, que es lengua principal de la República Centroafricana.
Muchas lenguas han sido adscritas a una de las grandes familias del continente pero existen dudas sobre si no sería más adecuado considerarlas como lenguas aisladas o cuasi-asiladas: Entre las que han sido menos estudiadas están la bete, la bung, la kujarge, la lufu, la mpre, la oropom, y la weyto.
Las dos lenguas africanas autóctonas con mayor número de hablantes son el suajili (bantú < Níger-Congo) y el hausa (chádico < afroasiático).
El árabe (con sus diferentes variantes locales) y el francés, son las lenguas que tienen en total el mayor número de hablantes en África.
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