Trabajó por muchos años en la Universidad de Stanford, y sus contribuciones más importantes estuvieron en el campo de la tipología lingüística y en la búsqueda de universales lingüísticos; también propuso una clasificación de las lenguas de África,[1] en cuatro unidades filogenéticas, ampliamente aceptada por los africanistas: Lenguas afroasiáticas, Lenguas nilosaharianas, Lenguas nigerocongolesas y Lenguas joisanas.
Luego sustituyó las primeras, afroasiáticas, por la denominación de Lenguas hamito-semíticas o Lenguas camito-semíticas.
También propuso otras agrupaciones más grandes para familias de lenguas ya conocidas, denominadas actualmente macrofamilias.
Además postuló la existencia de unas macrofamilias más controvertidas como las lenguas amerindias y las lenguas euroasiáticas, en realidad su propia versión del Nostrático, al que añadió algunas lenguas y quitó otras.
Estas dos últimas propuestas han encontrado mayor oposición, principalmente por los métodos que empleó para realizarlos.