Galerio marchó contra los rebeldes ese mismo año, pero se vio obligado a retirarse, y en consecuencia, consolidó la autoridad de Majencio.Puso sus esperanzas para volver a ascender nuevamente al trono en la Conferencia de Carnunto, convocada por Galerio en ese mismo año.En Oriente, Maximino Daya invadió las provincias orientales europeas en 313 en un intento de establecerse como gobernante supremo después de que Licinio y Constantino firmasen un acuerdo en Mediolano ese mismo año; fue derrotado en dos importantes batallas y terminó muriendo.Volvieron a luchar en Mardia en 316, pero luego pactaron una tregua temporal que duró hasta 324.Ese año, las tropas de Constantino y Licinio disputaron tres importantes batallas que concluyeron con la victoria definitiva de Constantino y con Licinio apresado; este fue asesinado al año siguiente, lo que permitió que el emperador ganador de las sucesivas contiendas se estableciera como dueño único del Imperio romano.[24] Este último solicitó al emperador Galerio que lo reconociese como heredero de su padre y culpó de su ascenso ilegal a las tropas, que según él, lo habían obligado a asumir el título imperial.[36][37][38][39][40] Severo se desplazó desde su capital en Mediolano a Roma como jefe de un ejército anteriormente dirigido por Maximiano.[35] Majencio intentó establecer relaciones amistosas con Constantino desde 307 y, en el verano de ese año, Maximiano viajó a la Galia, donde Constantino se casó con su hija Fausta (r. 307-326) y fue nombrado augusto por el emperador mayor.Maximiano anunció en Arelate que Constantino estaba muerto y tomó la púrpura imperial, pero los esfuerzos para sobornar a los partidarios del emperador no dieron resultados y gran parte del ejército permaneció fiel a Constantino, por lo que Maximiano hubo de huir.[47][49][50][51][52][53][54] A mediados de 310, Galerio se encontraba demasiado enfermo para involucrarse en la política imperial.[55][69][70] En el año 312, Majencio apenas era tolerado[71] y carecía de apoyo efectivo, incluso entre los cristianos itálicos.[63][90][91] Otras ciudades de la llanura padana enviaron emisarios a Constantino para felicitarlo por su victoria.Constantino se trasladó a Mediolano, que le abrió las puertas y lo recibió con alborozo; allí descansó su ejército hasta mediados del verano de 312, cuando que se trasladó a Brixia.[95] Verona se rindió poco después, seguida por Aquileia,[65][94][96] Mutina y Rávena:[79] la ruta directa a Roma quedó expedita.[90][94][81] A orillas del Tíber, cerca del puente Milvio, derruido para estorbar el acceso a la ciudad, Constantino se enfrentó al último ejército de su rival, mandado por el mismo Majencio.[104][105][106] El cuerpo de Majencio fue sacado del Tíber y decapitado para pasear la cabeza por las calles para que todos la vieran.[99][101][102][98][107][108] Después de las ceremonias, la cabeza fue enviada a Cartago, que se sometió al vencedor.[109] Las provincias orientales se encontraban divididas entre Maximino Daya y Licinio cuando Galerio falleció en 311.Descubrió la alianza forjada entre Constantino y Licinio en una reunión celebrada en Mediolano cuando llegó a Siria en febrero del 313; Constancia se casó con Licinio y ambos promulgaron el Edicto de Milán que garantizaba la libertad religiosa a los cristianos.Se volvieron a enfrentar en la batalla de Mardia en 316 o 317, con un resultado poco concluyente, y optaron por firmar la paz.Allí, volvió a ser sitiado y, sin esperanza de victoria, al día siguiente se rindió.[48] Gracias a su decisiva victoria contra sus rivales, Constantino se consagró como el señor indiscutible del Imperio romano y pudo gobernar solo.[118] En 324, se eligió Bizancio como la nueva sede, una decisión que se tomó principalmente debido a la ubicación estratégica de la ciudad y porque había sido remodelada al estilo romano en los reinados de Septimio Severo (r. 193-211) y Caracalla (r. 198-217).[119] Constantino, además, realizó muchos cambios en las instituciones civiles, militares, administrativas y religiosas.A partir de las reformas administrativas realizadas por Diocleciano, estabilizó la moneda —el sólido de oro que introdujo fue una moneda muy valorada y estable—, estableció el principio dinástico e hizo cambios en la estructura del ejército como eliminar la Guardia Pretoriana y los equites singulares Augusti.