Aníbal Barca se suicidó en esta ciudad en 183 a. C. y el historiador Arriano nació allí hacia el año 90.
Fue centro jurídico y el lugar donde el concilio provincial se reunía para celebrar las ceremonias del culto imperial.
En el 311 fue sede del Edicto de Tolerancia llevado a cabo por el emperador romano Galerio, que lo promulgó poniendo fin a las medidas represivas contra los cristianos por parte del Imperio romano.
Así, el cristianismo, pasó a ser una religio licita, es decir, una religión permitida aunque no la oficial y única del Imperio.
Por tanto, este edicto constituye el primer reconocimiento legal del Cristianismo.