[3] Antiguamente fue conocido con el nombre de Tudején, poblado romano situado a los pies del monte Castillo, frente al Balneario de Fitero, a unos 3 km al oeste del actual núcleo urbano.
Con posterioridad a la destrucción de Numancia, este poblado quedó arruinado y abandonado.
Aunque poco después pasó a ser conocido como el monasterio de Fitero o de la Frontera, ya que tenía una situación fronteriza entre los tres reinos que allí confluían Castilla, Pamplona y Aragón.
Otra sentencia del Consejo Real también reconoció que la villa no pertenecía al obispado de Tarazona, sino que era nullius diócesis y correspondía al abad el ejercicio de la jurisdicción espiritual, lo cual fue confirmado en 1560 por el papa Pío IV.
Todos los cargos municipales como alcalde, regidores etc eran designados por el abad del monasterio.
Los vecinos de la localidad para intentar librarse del dominio del monasterio entre 1643 y 1664 intentaron fundar un nuevo pueblo, que se llamaría «Villa Real», pero éste consiguió impedírselo.
Fitero junto con otras seis villas más compraron al rey en 1665 los montes del Cierzo y Argenzón, excepto los términos de Niencebas y Tudején, que eran del monasterio, pero sus límites no se fijaron.
Los de la villa compraron en 1630 la jurisdicción criminal al rey, pero al no terminar de pagarla ésta fue adquirida en 1675 por el abad del monasterio el cual ofreció más dinero por ella.
Esto originó que sus vecinos armaran un violento motín con el asalto y saqueo del monasterio.
y Tudela de Navarra (23 km), pertenecientes a la línea Casetas-Bilbao.
Anteriormente hubo otro monasterio en Fitero (denominado inicialmente Castellón), en el que habitó San Raimundo con sus monjes cistercienses entre 1152 y 1158 (antes, desde 1140 habían estado en el cercano monasterio de Niencebas, en el actual límite con Alfaro, La Rioja), de cuya iglesia aún se conservan los arcos de su única nave.
Tras su marcha a Calatrava en 1159 el monasterio quedó vacío, hasta que en 1161 fue repuesto por una segunda comunidad cisterciense a cargo del abad Guillaume, también procedente del monasterio de L'Escala Dieu.
Las bóvedas y, en general, toda la estructura, son de carácter ojival, escasamente moldurado.
Llama la atención la Sala capitular, semejante a la del Monasterio de La Oliva.