Síndrome de disfunción multiorgánica

El SDMO es causado generalmente por sepsis y se relaciona con el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS).

Descrito por primera vez durante la década de 1960, ha sido explicado como un síndrome iatrogénico.

La disfunción multiorgánica puede tener diversas causas, entre las que se encuentran: quemaduras, infecciones, traumatismos, etc.

Para el diagnóstico se han desarrollado escalas que permiten establecer la severidad de la disfunción.

No obstante, esta situación también ha permitido que los pacientes críticamente enfermos desarrollen alguna disfunción orgánica tras la agresión.

Durante la Segunda Guerra Mundial y en la Guerra de Vietnam, los avances en las técnicas de resucitación permitieron a los soldados severamente heridos sobrevivir, para finalmente fallecer posteriormente por fallo renal o respiratorio.

[Nota 1]​ Además, se reportaron casos de soldados con traumatismos no torácicos que desarrollaban fracaso respiratorio y, subsecuentemente, fallo renal.

[4]​ En 1973, Tilney, Bailey y Morgan realizaron un estudio retrospectivo con 18 pacientes con aneurisma aórtico abdominal; 17 fallecieron a causa de disfunciones orgánicas.

Tilney y sus colaboradores emplearon «insuficiencia de órganos secuencial o progresiva» para describir el proceso.

[Nota 4]​ Dos años después, Eisman, Beart y Norton lo explicaron en pacientes con infecciones severas, nombrándolo «síndrome de fallo multiorgánico».

Ocurre como consecuencia directa de «hemorragias, hipoxemias, transfusiones o lesiones del tejido blando».

[13]​ En relación con la sepsis y al SRIS, el SDMO es el estadio más grave de la afección.

La respuesta compensatoria antiinflamatoria conduce a «apoptosis celular y disfunción endotelial generalizada con fallo multiorgánico».

[15]​ En la actualidad, se considera al SDMO como el estado más grave de una «inflamación sistémica incontrolada» y puede ser desencadenado por varias razones.

[16]​ Por su parte, Cuenca Solanas (1999) agrega la malnutrición, una mal realizada reanimación inicial, un tratamiento tardío y la necesidad de cirugías mayores o politransfusión.

[Nota 7]​[6]​ Entre otras agresiones iniciales que pueden llevar a la disfunción multiorgánica se encuentran la parada cardiorrespiratoria, la insuficiencia cardíaca, la hemorragia digestiva alta, la disección aórtica y la perforación intestinal.

[22]​ Ante una agresión externa (infecciosa, química, traumática, entre otras), en el organismo se activan mecanismos inflamatorios (principalmente gracias a la acción de mediadores)[Nota 8]​ en la búsqueda de producir inflamación para lograr una «defensa eficaz».

[23]​ No obstante, en algunos casos, la respuesta inflamatoria pierde control local, por lo que pasa a un estado generalizado y exagerado, el SIRS.

[18]​ Comúnmente se considera que una agresión descontrolada desencadena el SRIS, pero también existe el síndrome de respuesta compensatoria antiinflamatoria (CARS).

[23]​ En resumen, tras una excesiva respuesta defensiva por una agresión, hay pérdida de los controles inflamatorios, lo que desata el SRIS.

[6]​ Se han establecido distintos métodos que permiten evaluar la gravedad del SDMO.

Por el contrario, en el SOFA se establece una puntuación diaria con base en los peores valores obtenidos en las variables en cada sistema.

Mientras que la disfunción hematológica se diagnostica mediante la presencia de coagulación intravascular diseminada, leucopenia, anemia o trombocitopenia.

[17]​[38]​ El control de la causa desencadenante se convierte en una pieza fundamental en la prevención del síndrome.

Generalmente, los sistemas más afectados y comúnmente los primeros en fallar, de acuerdo a Morlans Hernández et al.

[11]​ Según Misas Menéndez, Hernández Lara e Iraola Ferrer (2005) y Núñez (2018), citando reportes internacionales, la disfunción del sistema cardiovascular es la de mayor incidencia, seguida la del respiratorio, neurológico, renal, hematológico y hepático.

Mientras que en niños existe un fracaso rápido (el día del ingreso el 86 % cumple con los criterios diagnósticos y al tercer día aparece la mayor afectación) en adultos existen dos formas, una precoz (el síndrome aparece durante los primeros dos o tres días posteriores a la agresión inicial) y una tardía (aparición del síndrome tras seis-ocho días posteriores al factor desencadenante).

Los avances médicos permitieron a los soldados sobrevivir a heridas graves, para fallecer tiempo después por problemas renales o respiratorios.
Los traumatismos graves pueden desencadenar el SDMO.
La interleucina-1 (IL-1) es uno de los mediadores liberados durante el proceso inflamatorio descontrolado.
La administración de antibióticos es primordial en el tratamiento del síndrome.