Fibrilación

[1]​ La contractilidad cardíaca deja de producirse al unísono, como latido único, sin coordinación de una cámara con la siguiente, por lo que el sujeto experimenta latidos más fuertes y otros más débiles que tienen una cadencia irregular.

Los impulsos regulares producidos por el nódulo sinusal para dar rítmicas contracciones cardíacas están sobredimensionadas por descargas rápidas azarosas generadas en grandes áreas de tejido atrial, con frecuencia localizadas en las venas pulmonares.

Puede distinguirse del aleteo atrial, que es un más organizado circuito eléctrico, usualmente en el derecho que produce características ondas hoja de sierra, ondas-p en el electrocardiograma; en dicho aleteo, las descargas circulan rápidamente (a una tasa de 300/min) alrededor del atrio.

Ciertos trastornos como la estenosis mitral y el hipertiroidismo favorecen la aparición de una fibrilación atrial.

En una fibrilación ventricular, el corazón deja de ser efectivo en bombear sangre al cuerpo.