Este ocurre con mayor frecuencia en recién nacidos que son postmaduros y pequeños para la edad gestacional.
La aspiración de meconio puede ocurrir intra útero o durante los primeros esfuerzos inspiratorios al nacimiento.
[4] Frecuentemente, el sufrimiento fetal durante el parto provoca contracciones intestinales, así como la relajación del esfínter anal, lo cual facilita que el meconio pueda contaminar el líquido amniótico.
El signo más obvio de que se ha aspirado meconio es el aspecto verdoso del fluido amniótico.
La inhalación se puede confirmar por una o más pruebas clínicas usando un estetoscopio para escuchar los sonidos anormales del pulmón, llevando a cabo gasometría arterial y radiografías de tórax en busca de áreas con condensación o parches en los pulmones.
Los estudios recientes no han mostrado que esta técnica reporte algún tipo de beneficio.
Hasta tiempos recientes se recomendaba que el obstetra aspirara la garganta y la nariz del neonato tan pronto como apareciera la cabeza en el nacimiento.
Si la situación empeora hasta el punto de que los tratamientos no afectan al neonato como debieran, se recomienda una oxigenación por membrana extracorpórea.