El saco amniótico crece y comienza a llenarse, principalmente con agua dos semanas después de la fertilización.
En los últimos estados de gestación la mayor parte del líquido amniótico está compuesto por orina fetal.
[1] Se ha demostrado que estas células poseen la capacidad de diferenciarse en diversos tipos celulares, entre otras el neuronal, hepático y óseo.
La mayor parte de los demás líquidos permanecen en el interior del útero hasta que el feto nace.
La embolia de líquido amniótico es una complicación obstétrica frecuentemente mortal que produce coagulación intravascular diseminada.