La capital municipal es El Pinar, localidad que se asienta sobre el paraje conocido como Risco de los Herreños, a 27 kilómetros al sur de la capital insular, Valverde.
Los bimbaches dejaron para la historia numerosos petroglifos en escritura líbico-bereber repartidos por toda la isla que aún no han podido ser descifrados.
Los más extensos y significativos son los conocidos como Letreros de El Julan.
En la misma zona se han encontrado otros vestigios aborígenes como los restos de un antiguo lugar de reunión (tagoror), enterramientos en cuevas, cadáveres momificados, así como recipientes, útiles domésticos y otras herramientas.
Durante este periplo, que llega a durar una semana, recorre los distintos pueblos de El Hierro y la imagen es cortejada y acompañada por el grupo local de danzarines que, al llegar a la raya o límite de su localidad, debe cedérsela a los danzarines del pueblo vecino, quienes continúan el ritual hasta la raya con el pueblo colindante.
De esta forma, los danzarines de El Golfo debían bailar durante su tramo tradicional entre las rayas que les correspondían, pero estos se negaron a hacerlo porque consideraban que, teniendo en cuenta el mayor número de habitantes, debería permitirles danzar durante más espacio entre rayas, en unas zonas en donde tradicionalmente baila El Pinar.
Debido a la reciente creación del municipio, El Pinar careció de bandera y escudo oficial propios.
La zona se encuentra totalmente deshabitada, aunque en época prehispánica mantuvo una cierta población más o menos estable, como ha demostrado el hallazgo de un conjunto petroglifos, en la zona conocida como Los Letreros de El Julan, y otros restos arqueológicos.
Se encuentran al suroeste de un extenso pinar que crece en la cumbre central y desciende hasta las inmediaciones del pueblo, del cual el pueblo ha recibido su topónimo.
Tiene un puerto con una notable actividad pesquera en torno a la cual ha surgido el pueblo de La Restinga.
El municipio está jalonado de varios barrancos pero debido al relieve poco evolucionado que presenta, estos no llegan a tener una cuenca muy pronunciada por lo que el aprovechamiento hídrico es escaso.
Desde este punto se continúa hasta el Pico de Malpaso para seguir por la cresta del talud, hasta llegar al lugar conocido como Piedra de Binto/Montaña El Tomillar.
Debido a su orientación, en la parte sur del municipio el clima no presenta grandes contrastes.
En torno a este efecto, surgió la leyenda del Garoé, árbol sagrado de la isla venerado por los bimbaches.
Población a 1 de enero según el padrón municipal del INE.
La economía del municipio se ha centrado tradicionalmente en el sector primario.
El Pinar ha conservado fielmente las tradiciones herreñas y su cultura popular.
El faro fue levantado sobre de la línea imaginaria que representaba dicho meridiano.
Puerto pesquero y pequeño núcleo de pescadores, con diminutas playas de arena negra, que en los últimos años ha venido experimentando un cierto crecimiento, motivado por emplazarse en sus inmediaciones numerosos alojamientos turísticos.
El terreno es escarpado, en pendientes de hasta 45 ° que desciende desde los 1400 metros de La Cumbre hasta unos 100 m s. n. m. Desde aquí se suceden varios acantilados que se desploman sobre el océano.
En la zona occidental se encontraba un frondoso bosque de sabinas costeras (Juniperus turbinata ssp.
El Pinar cuenta con artesanos ceramistas que dan rienda suelta a su creatividad que combinan el barro de la isla con arcilla de importación, para producir ollas y loza para cocinar, objetos tradicionales, reproducciones de cerámica aborigen y otros trabajos artesanos.
De sus manos salen cuencos, cucharones, barricas, pinzas para recolectar higos chumbos (tunos), chácaras y otros utensilios.