El Julan

Tales prácticas no se limitan a la etapa histórica, ya que los hallazgos arqueológicos informan sobre su utilización, por parte de los primitivos herreños, con los mismos fines.

Los bimbaches realizaron numerosos petroglifos, en diversos puntos de la isla y aún no han podido ser descifrados, pero los ubicados en El Julan son, sin duda, los más extensos.

Se han descubierto también enterramientos en cuevas, hallándose cadáveres momificados y ofrendas tales como utensilios domésticos, herramientas primitivas y recipientes con varios alimentos.

El Julan, una vez conquistada la isla, pasa a ser dehesa de señorío y el último Conde de La Gomera, la cede a los pastores, quienes detentan su administración hasta finales del siglo XIX.

Las manifestaciones más puras del pinar original se ubican en este sector; su límite superior coincide con las cotas más bajas afectadas por el desbordamiento del mar de nubes que produce un tránsito gradual hacia la formación fayal-brezal.

Laderas de El Julan.