El jardín de las delicias

[5]​ Tolnay y Larsen, la emplaza al final de la actividad del Bosco (1514-1515).

[4]​ En la guía de visita editada por el Museo del Prado se señalan las fechas 1500-1505.

[11]​ El cuadro cuando está cerrado en su parte exterior alude al tercer día de la creación del mundo.

Está pintado en tonos grises, blanco y negro, lo que se corresponde a un mundo sin el Sol ni la Luna, aunque también es una forma de conseguir un dramático contraste con el colorido interior, entre un mundo antes del ser humano y otro, poblado por infinidad de seres (Belting).

En la parte superior, se puede leer la frase, extraída del salmo 33, IPSE DIXIT ET FACTA S(U)NT, IPSE MAN(N)DAVIT ET CREATA S(U)NT, que significa «Él mismo lo dijo, y todo fue hecho, Él mismo lo ordenó, y todo fue creado».

En esta tabla central aparece el acto sexual y es donde se descubren todo tipo de placeres carnales, que son la prueba de que el ser humano había perdido la gracia.

Dios está representado de una manera anticuada para los tiempos del Bosco: como Jesucristo.

[4]​ Eva se encuentra arrodillada en el suelo y Dios la sujeta por la muñeca.

En el estanque, las disputas entre los animales vuelven a reanudarse: un leopardo lleva en la boca un ratón y un ave devora una rana.

Son señales ajenas a la paz paradisíaca que suelen interpretarse como aviso de pecado.

Aparecen en la obra animales reales, pero en extremo exóticos en la época del Bosco, como jirafas, elefantes, leones y leopardos, siendo África prácticamente desconocida en Europa.

Decenas de símbolos diferentes, cuyas claves solo pueden sospecharse, pueblan este espacio opresivo y angustioso en el que la locura se ha apoderado del mundo.

Se representa un universo de felicidad, sin dolor, enfermedad ni muerte.

Paul Vandenbroeck (2001) ha defendido que aquí se representa la Montaña de Venus (el Grial), conocida a fines del periodo medieval como el «falso paraíso», si bien como las tesis tradicionales, entiende que es «pecador y demoníaco».

En el cuadro del Bosco pueden verse, en efecto, todo tipo de frutas y árboles, así como, en la parte superior, los cuatro ríos del paraíso, incluido Pisón, con una construcción con extrañas flores doradas y Geón con una colonia de monos, y los otros dos ríos aludiendo a los ríos de Mesopotamia.

La figura del personaje que quizás sea Juan el Bautista señalaría admonitoriamente que ese es el mundo descrito por Dios, poblado por una multitud de felices inocentes, que no pudo llegar a existir debido a la caída, y por ello sitúa a la culpable, Eva, encerrada en una cueva y con un escudo de cristal.

Este último estudio se aparta en definitiva de la lectura tradicional, que cronológicamente iría de la "Creación del Mundo" (solapas cerradas) a la "Amenaza del Infierno" (solapa izquierda abierta, a la derecha del espectador), pasando por el "Paraíso Perdido" (solapa derecha abierta, a nuestra izquierda) y la "Vida terrenal prediluviana" (panel central).

Están pintados los tormentos del infierno, a los que está expuesta la Humanidad.

Estas representaciones de ciudades en llamas se pueden ver en otros cuadros del autor.

Se ha interpretado en numerosas ocasiones como el rostro del propio artista y que con un torpe vendaje intenta ocultar una llaga.

Sobre su cabeza lleva un disco, en el que bailan pequeños monstruos[5]​ junto a una gran gaita con forma de alambique.

Sus brazos son como troncos de árbol y están descansando sobre barcas.

Su tórax está abierto y hueco como una cáscara de huevo, y en su interior hay más seres (también debajo de él vemos un personaje que sube la escalera con una flecha incrustada en sus nalgas, como una posible alusión a la lujuria).

Su ironía y burla del mundo se contraponen al realismo hierático de Jan van Eyck.

El Bosco (1450-1516) se llamaba Jheronimus van Aken, apodado Bosch (por su lugar de nacimiento, 's-Hertogenbosch, en Holanda, coloquialmente llamado Den Bosch y en castellano Bolduque), tuvo una vida acomodada, ya que se casó con una mujer adinerada (Aleyt van Mervende).

El tríptico cerrado: La Creación del mundo , óleo sobre tabla, 220 cm x 195 cm.
Detalle del Jardín del Edén, Dios y Eva.
Roca antropomorfa.
Detalle.
Eva escondida en una cueva y señalada por Juan el Bautista como culpable.
infierno musical.
Detalle del hombre-árbol.
Retrato de El Bosco realizado por Cornelis Cort
Retrato de El Bosco realizado por Cornelis Cort