Álvar Fáñez
[4] Además, su figura fue popularizada por las muchas menciones que de él hace el Cantar de mio Cid como amigo, principal lugarteniente y primo o sobrino del Cid Campeador,[1] que sí refleja un parentesco histórico.Su patronímico «Fáñez» o «Háñez» permite deducir que su padre pudo ser un Fan Fáñez o Han Háñez, un infanzón del valle de Orbaneja que suscribe varios documentos de Alfonso VI entre 1072 y 1080.Según Sandoval, Álvar Fáñez combatió inicialmente junto al Cid contra el rey García de Galicia primero y luego contra el rey Alfonso VI de León.Sin embargo, la campaña del Henares del Cid no está documentada en otras fuentes que no sean el Cantar, por lo que es «con casi total seguridad, ficticia»;[5] si bien el pasaje del poema épico pudiera ser una traslación de la algara de castigo que Rodrigo Díaz llevó a cabo hacia 1080 y le valió su primer destierro, no consta que fuera acompañado en la ocasión por Álvar Fáñez.Según la enciclopedia genealógica de García Carraffa, proviene del árabe «hanne», que quiere decir 'río pequeño', 'arroyuelo'.Según otros autores, es una forma gótica del nombre hebreo «Yohanan», que pasa al griego y latín como «Johannes» y llega al norte de Europa con el cristianismo.La grafía «nn» (en competencia con muchas otras como «n», «ni», etc.) representaba en castellano medieval el fonema palatal nasal /ñ/.Era habitual en la Edad Media utilizar como signo de abreviatura la vírgula; así sucedía con grafías geminadas, que podían abreviarse usando este guion, tilde o virgulilla superpuesta, origen de la grafía moderna «ñ».La forma «mianaia» (documentado «meanaia» y «mio anaya» —con posesivo diptongado y átono, como en «mio Cid»— según se acaba de ver), se presenta en el Cantar de mio Cid con una aféresis de la primera «a» al reducirse el diptongo («minaya»), aunque en el verso 1418 esta obra literaria documenta también la grafía «Mianaya».[11] En todo caso, Alberto Montaner Frutos, en su edición crítica del Cantar de mio Cid, da por hecho que «Minaya» o «Mianaya» deriva del posesivo castellano «mi» y el euskera «anai» ('hermano') como apelativo aplicado a Álvar Fáñez.[16] Se cuenta que uno de los capitanes del rey Fernando III el Santo, Álvar Fáñez el Mozo, desapareció poco antes de entrar en combate y se presentó en Úbeda cuando ya había sido reconquistada.La frase fue tomada irónicamente por los cortesanos y actualmente se usa cuando alguien tiene una intervención poco feliz en una conversación, y cambia de tema adrede para no seguir hablando de algo que él quiere ignorar.