Compuso música coral, instrumental -para órgano-, de cámara y sinfónica (campo en el que destacó especialmente).En la década que Bruckner pasó en la abadía al principio se dedicó ampliamente a su profesión docente, asistió a un curso de educación superior en Linz en 1850, y cinco años después aprobó un examen para obtener permiso para enseñar en escuelas secundarias.En 1855, el organista titular de Linz murió, por lo que se alineó un concurso para determinar su sucesor.Bruckner se había convertido completamente en músico profesional y finalmente abandonó la actividad de enseñanza escolar.Además de su nuevo trabajo, continuó estudiando con Sechter, y visitó a su mentor varias veces en Viena.Con el Liedertafel Bruckner dio numerosos conciertos y, por lo tanto, adquirió una buena reputación como director coral.Ludwig van Beethoven, Robert Schumann y Felix Mendelssohn Bartholdy también fueron piedras angulares importantes de estas lecciones.Un año después padeció otro paroxismo nervioso y volvió a la misma clínica de reposo.Aunque Bruckner era un organista renombrado en su tiempo, impresionando a audiencias en Francia e Inglaterra con sus improvisaciones, no compuso ninguna obra importante para este instrumento (aunque sí compuso varias obras menores y escribió algunas transcripciones al órgano de sus sinfonías).Sus sesiones de improvisación le proporcionaron a veces ideas que desarrollaría posteriormente en sus sinfonías.Dentro del círculo de sus adeptos en la Universidad se encontraban Hans Rott, Hugo Wolf y Gustav Mahler, en ese entonces aún estudiantes.Además del golpe familiar del destino que supuso que su hermana muriera en su apartamento a principios de 1870, logró el éxito artístico en los primeros años: en 1869 Bruckner se convirtió en un virtuoso de órgano con conciertos extremadamente exitosos en Nancy y París, y en 1871 en Londres.Al dedicar a Wagner su Tercera Sinfonía, Bruckner se ubicó sin desearlo en uno de los dos bandos.Además de sus sinfonías, Bruckner escribió misas, motetes y otras obras corales sacras.[4] La quinta y sexta sinfonías, por otro lado, tuvieron que esperar muchos años para su estreno mundial.Sin embargo, antes de que el compositor lanzara la primera y la tercera para nuevas interpretaciones, las sometió a revisiones exhaustivas.Apesadumbrado, el maestro emprendió una revisión general de la obra, que finalmente fue estrenada, en esta segunda versión, por Hans Richter en Viena en 1892, con un éxito notable.Al igual que su hermano mayor Joseph, Franz Schalk fue alumno de Anton Bruckner.(¡De alguna manera estaba rechazando indirectamente el trabajo de su hermano Josef, quien había modificado en gran medida la primera edición! )Siegmund von Hausegger informó que en 1930 Schalk adoptó una actitud muy crítica y autocrítica hacia su propio trabajo como arreglista.Con el tiempo aumentaron sus inseguridades, su natural miedo a la vida y sus diversas obsesiones, algunas de ellas macabras.Su música, imbuida de una intensa religiosidad, busca la perfección formal al tiempo que quiere ser un gran himno de alabanza al Dios en el que creía fervientemente (y a quien dedicó incluso su última obra, la Novena sinfonía).Bruckner no renuncia al empleo de la forma sonata o a la tonalidad básica en las secciones principales y sus movimientos adquieren largas dimensiones.Por otro lado Bruckner irá ampliando progresivamente la plantilla orquestal a lo largo de su trayectoria, hasta alcanzar dimensiones wagnerianas, pero con una sonoridad muy distinta.Aunque sus últimos años estuvieron marcados por un éxito cada vez mayor, una apreciación seria del trabajo de Bruckner no tuvo lugar hasta el siglo XX.En su vida, las trincheras entre los seguidores de Richard Wagner y Johannes Brahms con su portavoz Eduard Hanslick aún eran demasiado profundas.Los siguientes dos informes muestran que no hubo animosidades entre Brahms y Bruckner: Bruckner es, junto con Brahms y Wagner, el compositor de finales del siglo XIX, cuya obra fue probablemente la más importante para el desarrollo posterior de la música occidental.Finalmente, Bruckner también fue un gran modelo a seguir para compositores más conservadores del siglo XX, como Franz Schmidt, Richard Wetz, Wilhelm Furtwängler, Wilhelm Petersen o Martin Scherber, quienes tomaron su estilo como la base de su respectiva continuación individual de la misma.Cuando eso ya no era suficiente, Bruckner fue descrito como alto y fuerte, lo que, por supuesto, representaba una completa falsificación de los hechos.Como importantes intérpretes de las sinfonías de Bruckner se pueden destacar a los directores Bruno Walter, Volkmar Andreae, Carl Schuricht, Otto Klemperer, Wilhelm Furtwangler, Eugen Jochum, Herbert von Karajan, Kurt Eichhorn, Günter Wand, Sergiu Celibidache, Carlo Maria Giulini, Gennady Rozhdestvensky, Georg Tintner, Stanislaw Skrowaczewski, Bernard Haitink, Niko Harnardink, Nikola Harnitinku, Eliahu Inbal, Hortense de Gelmini, Daniel Barenboim, Christoph Eschenbach, Valery Gergiev, Toshiyuki Kamioka, Takashi Asahina, Simone Young, Gerd Schaller, Mariss Jansons y Christian Thielemann.
Bruckner en el órgano, silueta de Otto Böhler
Bruckner y Wagner 1873 en Bayreuth; Silueta de Otto Böhler