[2] El osmio fue descubierto en 1803 por Smithson Tennant, a partir del residuo que quedaba al disolver platino nativo en agua regia.Es un elemento muy escaso en la naturaleza y que se halla en la corteza terrestre en una concentración de 0.0015 ppm.Previamente, los químicos franceses Antoine-François de Fourcroy y Louis Nicolas Vauquelin identificaron un material en el residuo del platino, al que llamaron ptène, pero no pudieron caracterizarlo correctamente al no contar con una cantidad suficiente para aislarlo.Es más fácil obtener osmio en polvo, aunque expuesto al aire tiende a la formación del tetraóxido de osmio, OsO4, compuesto tóxico (peligroso para los ojos), oxidante enérgico, de un olor fuerte, y volátil.[6] El osmio es un metal duro pero quebradizo que permanece con brillo incluso a altas temperaturas.Es un sólido cristalino muy volátil, soluble en agua, amarillo pálido y con un fuerte olor.[18][19][20] El tetróxido de osmio hierve a 130° C y es un poderoso agente oxidante.[18][19][22][23] En general, los estados de oxidación más bajos del osmio se estabilizan mediante ligandos que son buenos donantes σ (como las aminas) y receptores π (heterociclos que contiene nitrógeno).[25] El osmio tiene siete isótopos naturales, seis de los cuales son estables: 184Os, 187Os, 188Os, 189Os, 190Os y (el más abundante) 192Os.[28] El osmio fue descubierto en 1803 por Smithson Tennant y William Hyde Wollaston en Londres, Inglaterra.El platino llegó a Europa como platina ("pequeña plata"), habiendo sido encontrado por primera vez a finales del siglo XVII en las minas de plata situadas alrededor de Chocó, en Colombia.[30] El descubrimiento de que este metal no era una aleación, sino un elemento nuevo y distinto, fue publicado en 1748.[31] Los químicos que estudiaron el platino lo disolvieron en agua regia (una mezcla de ácido clorhídrico y ácido nítrico) para crear sales solubles, y siempre observaban una pequeña cantidad de un residuo oscuro e insoluble.[32] Más tarde, los dos químicos franceses Antoine-François Fourcroy y Nicolas-Louis Vauquelin identificaron un metal en un residuo de platino que llamaron "ptène".[33] En 1803, Smithson Tennant analizó el residuo insoluble y concluyó que debe contener un nuevo metal.Poco después, en 1908, el mismo grupo introdujo catalizadores más baratos basados en hierro y óxidos de hierro para las primeras plantas piloto, eliminando la necesidad del costoso y raro osmio.En todos estos compuestos, el platino se intercambia por una pequeña cantidad de iridio y osmio.Durante el electrorrefinado del cobre y el níquel, los metales nobles como la plata, el oro y los metales del grupo del platino, junto con elementos no metálicos como el selenio y el telurio se depositan en el fondo de la celda como "lodo anódico", que forma el material de partida para su extracción.El rodio se puede separar del residuo mediante tratamiento con bisulfato de sodio fundido.El residuo insoluble, que contiene Ru, Os e Ir, se trata con óxido de sodio, en el que el iridio es insoluble, produciendo sales de rutenio y osmio solubles en agua.[51] Debido a la volatilidad y la toxicidad extrema de su óxido, el osmio rara vez se usa en estado puro, sino que a menudo se alea con otros metales para aplicaciones de alta resistencia al desgaste.[56] El tetróxido y su derivado, el osmiato de potasio, son oxidantes importantes en síntesis orgánica.En 1898, un químico austriaco Auer von Welsbach desarrolló la Oslamp con un filamento hecho de osmio, que introdujo comercialmente en 1902.Después de unos pocos años, el osmio fue reemplazado por el wolframio, un metal más estable.[60] Al igual que el paladio, el osmio en polvo absorbe eficazmente los átomos de hidrógeno.[63] El único uso clínico conocido del osmio es en la operación de sinovectomía, practicada en pacientes artríticos en Escandinavia.