Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia

[2]​ En 1603 sucedió en el trono de Inglaterra e Irlanda a la última Tudor, la reina Isabel I, quien murió sin descendencia.[7]​ Durante su prolongado reinado se mantuvo la paz con España, reanudando las hostilidades su hijo y sucesor Carlos.Durante su reinado continuó la "Era Dorada" del drama y la literatura isabelinos, con grandes escritores como William Shakespeare, John Donne, Ben Jonson o Francis Bacon, a los que el rey patrocinó, contribuyendo al florecimiento cultural.Su matrimonio fue particularmente turbulento, en buena parte gracias a los celos patológicos de Darnley.El Parlamento aprobó las Actas Negras para afirmar la autoridad real sobre la Kirk, poniéndola además directamente bajo su control.[39]​ En 1597–8, Jacobo escribió dos obras, The True Law of Free Monarchies y Basilikon Doron (El don real), en las que estableció la base ideológica para su monarquía.En la Trew Law desarrollaba la doctrina del derecho divino de los reyes, explicando que, por razones bíblicas, los reyes son superiores a los demás hombres, si bien "el banco más alto es el más resbaladizo para sentarse".[40]​ El documento proponía una administración centralizada y una política absolutista, según la cual un rey debía imponer nuevas leyes por prerrogativa real, aunque también atender a la tradición y al propio Dios, quien podría "accionar los azotes que le plugiesen, para castigo de los reyes corrompidos".Sin embargo, Jacobo era el único aspirante serio a la Corona inglesa; los otros, incluyendo al vizconde de Beauchamp y lady Anne, no tenían el suficiente poder para defender sus derechos.[49]​ Según avanzaba hacia el sur, sus nuevos súbditos iban congregándose para ver a su rey, quedando claro que la sucesión no había provocado descontentos ni era percibida como una invasión;[50]​ En el camino, para probar su autoridad, dio orden de ahorcar, sin formación de juicio, a un ladrón.Aquellos que esperaban cambios en el gobierno con el advenimiento del nuevo soberano quedaron defraudados por el mantenimiento de los miembros del Consejo Privado de la reina Isabel, tal como había planeado en secreto con Cecil,[53]​ pero agregó al poco a un viejo partidario suyo, Henry Howard y su sobrino Thomas Howard a este Consejo, así como a cinco nobles escoceses.[56]​ "¿No nos ha dispuesto a todos nosotros en una isla", clamó ante el Parlamento, "circundada por un mar y, por su naturaleza misma, indivisible?"Francis Bacon le dijo que no podría usarlo en "ningún procedimiento legal, instrumento o proclama".[59]​ No obstante, asegurar la libertad de culto para los católicos en Inglaterra siguió siendo un objetivo prioritario para la política española, lo que causó constantes dilemas a Jacobo.], es que el Complot de la Pólvora fue hábilmente urdido por Robert Cecil, o que al menos tuvo conocimiento previo de ella y la permitió desarrollarse, solo para "descubrirla" y abortarla en el último momento.De ser correcta esta teoría, Guy Fawkes y sus colegas resultaron meros peones en un juego mucho mayor.[68]​ En Escocia, trató de asimilar la Kirk escocesa a la Iglesia anglicana y restablecer los episcopados, una política que encontró fuerte oposición.La legalidad de tal acción fue desafiada en 1606 por el mercader John Bates; la corte del Ministerio de Hacienda, sin embargo, falló en favor del rey, y tal dictamen fue denunciado por el Parlamento."Vuestro mayor error", le dijo Salisbury, "ha sido que pretendíais obtener miel de la hiel".[77]​ Lord Salisbury murió en 1612, y poco después Carr caía en desgracia, con lo que Jacobo comenzó a manejar él mismo los asuntos financieros con desastrosos resultados para las arcas reales.Teniendo que hacer frente a las dificultades financieras, y falto de la aprobación parlamentaria para crear nuevos impuestos, empleó los servicios del negociante Lionel Cranfield, que actuó con gran astucia para aumentar los ingresos y ahorrarle dinero a la Corona.Al final, Jacobo liberó a Bacon de la prisión y le concedió el completo perdón.Su yerno, Federico V del Palatinado, nombrado rey de Bohemia por los rebeldes protestantes, fue expulsado del país por el Emperador Fernando II en 1620, mientras que las tropas españolas invadían el Bajo Palatinado.[83]​ La convocatoria resultó en un doble fiasco, ya que, por un lado, los Comunes solo aprobaron un presupuesto insuficiente para socorrer al Elector Palatino,[84]​ y por otro -recordando el botín obtenido por Isabel I rapiñando las flotas españolas procedentes del Nuevo Mundo-, reclamaron la guerra contra España.[85]​ En noviembre de 1621, dirigidos por Edward Coke, formularon una petición no solo para declararle la guerra con España, sino también para que el príncipe de Gales se casara con una protestante, y para que las leyes anticatólicas fueran endurecidas.Príncipe y duque retornaron a Inglaterra en octubre sin la infanta, e inmediatamente rompieron el tratado, con gran deleite del pueblo llano.Durante su último año de vida, mientras Buckingham consolidaba su control sobre Carlos para asegurar su propio futuro, Jacobo estuvo a menudo seriamente enfermo.Jacobo Estuardo tuvo una personalidad extremadamente curiosa, excéntrica pero no deslumbrante, desdibujada entre las sombras de las célebres reinas que le precedieron, Isabel I en Inglaterra y María Estuardo en Escocia, y las desdichas de su hijo Carlos, el primer rey condenado a muerte por un Parlamento.Sus mandíbulas prognáticas, muy estrechas, y su lengua demasiado larga le impedían ingerir alimentos sin provocar ruidos desagradables.Hablaba un inglés difícil, con un áspero acento escocés, y tenía una voz chillona e irritante.
Jacobo VI de Escocia (futuro I de Inglaterra) durante su niñez.
Jacobo en 1586, a los 20 años.
Ana de Dinamarca, por John de Critz , c. 1605.
Las armas de los monarcas escoceses, usadas hasta 1603.
Escudo de armas usado en Inglaterra y Gales desde 1603, al producirse la unión dinástica.
Variante de las armas reales usada en Escocia desde 1603, al producirse la unión dinástica.
Retrato de Jacobo por Nicholas Hilliard , c. 1603-1609.
Jacobo I de Inglaterra
Retrato de Jacobo por John de Critz , c. 1606.
George Villiers, duque de Buckingham, por Rubens .
Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra en 1621, pintado por Daniël Mijtens .