El prognatismo (del griego πρo y γναθος, 'mandíbula adelante') consiste en un tipo de deformidad facial en la relación con la base esquelética de la mandíbula o el maxilar, en donde cualquiera de estos sobresale más allá de la línea imaginaria predeterminada en el plano coronal del cráneo.
[1] Suele ser causado por diferentes factores, entre ellos, enfermedades hereditarias como el síndrome de Crouzon o el síndrome del nevo basocelular.
[1] En la especie humana se considera como un defecto importante (no solo estético) cuando se produce una desalineación entre el maxilar y la mandíbula, impidiendo el correcto encaje de la boca al cerrarla y causando dificultad para hablar, morder y masticar, además de afectar psicológicamente con crisis depresivas de autovaloración en los ámbitos laboral y privado al que lo padece.
[3] Es generalmente muy visible en antecesores de la especie humana, como el Hombre de Cro-Magnon o en otras especies del género Homo, como los neandertales.
Debido a la endogamia habitual en dicha dinastía, el prognatismo se repitió en los sucesivos reyes españoles y sus descendientes;[4] incluso a veces en sus esposas, que eran parientes más o menos lejanas.