Por causas de desorganización, no pudo concretar un avance sobre Estocolmo en 1563 y sus tropas tuvieron que pasar el invierno en Escania.
Una nueva intentona en octubre también fracasó, y el Consejo Real perdió la paciencia.
La paz con Suecia se firmó en Stettin en 1570, con resultados que no fueron favorables a ninguno de los dos bandos.
Dinamarca permaneció como el estado nórdico más fuerte y se consolidó la pertenencia de Jämtland a Noruega, una provincia disputada con Suecia.
Se rodeó de expertos consejeros, que supieron llevar al reino por los senderos correctos.
Alcanzada la paz, Federico se dedicó a la construcción de palacios y castillos.
La nobleza le cedió varios terrenos en Dinamarca, pudiendo así el rey reunir una considerable cantidad de posesiones personales.