[4] En 1754 empezó sus estudios generales en el Colegio de las Cuatro Naciones, donde estuvo durante nueve años.[5] En 1767, viajó con Guettard a los Vosgos para dibujar un mapa geológico y mineralógico de la zona, un trabajo que llevó cinco meses.En ella le encargaron todos los informes sobre cuestiones industriales que se pedían a dicho organismo.Lavoisier también investigó la composición del agua y bautizó a sus dos componentes oxígeno e hidrógeno.Demostró también que un cuerpo puro no cambiaba sus propiedades destilando repetidamente la misma agua.[7] También escribió Memoria sobre la combustión (1777) y Consideraciones generales sobre la naturaleza de los ácidos (1778), trabajos con los que fue desarrollando una nomenclatura de tecnicismos para la nueva ciencia, que dejaba así atrás a la supersticiosa, errática e insegura alquimia medieval.Hasta entonces, los cuatro o cinco elementos de la naturaleza, ordenados de más pesado a más ligero: tierra, agua, fuego, aire y la quintaesencia o éter añadida por Aristóteles, habían sido determinados por los filósofos presocráticos y cada uno poseía distintas combinaciones de dos de cuatro cualidades, según Empédocles; pero también fueron desechados por Lavoisier y en cambio aceptó 55 esencias, sustancias o, como él los llamaba, elementos, que no podían ser descompuestos en otros más simples por ningún medio químico, con lo que fueron desde entonces conocidos como elementos químicos.Este grupo se ampliará en el futuro a más de un centenar, y este grupo además quedará definitivamente estructurado y ordenado en propiedades por la Tabla periódica de los elementos descubierta por el químico ruso Dmitri Mendeléyev.Importantes personajes hicieron todo lo posible para salvarlo, pero, cuando se expusieron al tribunal todos los trabajos que había realizado Lavoisier, se dice que, a continuación, el presidente del tribunal Coffinhals pronunció la famosa frase: «La République n'a pas besoin de savants... / La República no precisa ni científicos ni químicos: no se puede detener la acción de la justicia».El matemático Lagrange dijo al día siguiente: «Ha bastado un instante para cortarle la cabeza, pero quizá ni en un siglo aparecerá otra que se le pueda comparar».[7] Con el empuje que dio a la nueva ciencia Lavoisier, y las aportaciones que a lo largo del siglo XIX ofrecieron Dalton, Berzelius, Avogadro, Volta, Davy, Faraday, Liebig, Kekulé, Berthelot, Sainte-Claire Deville, Gibbs, Le Chatelier, Guldberg y Waage, Van't Hoff, Arrhenius y Mendeléyev, la Química llegó a perfeccionarse como una de las ciencias más importantes para el progreso material de la Humanidad.Lavoisier también realizó las primeras investigaciones en química física y termodinámica en experimentos conjuntos con Laplace.Lavoisier también contribuyó a las primeras ideas sobre la composición y los cambios químicos al enunciar la teoría de los radicales, según la cual radicales, que funcionan como un solo grupo en un proceso químico, se combinan con el oxígeno en las reacciones.También introdujo la posibilidad de la alotropía en los elementos químicos cuando descubrió que el diamante es una forma cristalina del carbono.[21][22][23] También se le conmemora con el Premio Franklin-Lavoisier, que marca la amistad de Antoine-Laurent Lavoisier y Benjamin Franklin.