Varios estamentos pidieron al rey que convocara una asamblea de los tres estados, y los burgueses y campesinos separándose de ese régimen formaron su propia asamblea.
[1] La nueva asamblea enseguida se alineó con los capitalistas, la fuente de crédito necesaria para financiar la deuda pública.
El 19 de junio, ordenó cerrar la Salle des États, la habitación donde la Asamblea Nacional celebraba sus reuniones.
Sin embargo, permaneció en Marly-le-Roi, ordenando la clausura de la sala, esperando que esto impediría reunirse a la Asamblea mientras él se preparaba.
La nobleza y el clero obedecieron;[5] los diputados del tercer estado permanecieron en sus asientos en silencio, hasta que Mirabeau, pronunció un pequeño discurso que finalizaba así: Seguidamente, entró en la sala el marqués de Brézé, Gran Maestro de Ceremonias del Rey, que invitó a los Comunes a abandonar la sala diciendo: Los diputados no hicieron movimiento alguno.
El intento del Rey de mantener a los tres estamentos separados fracasó.
Esta se dirigió al Rey firmemente, pidiendo la retirada de las tropas[10] (las cuales incluían también regimientos extranjeros).
Luis ofreció trasladar la Asamblea a Noyon o Soissons, para poder así alejarla del favor parisino y tenerla más controlada por el general.