Catilina

Las dos fuentes principales de información sobre Catilina son precisamente las más hostiles al personaje.

Catilina nació en el año 108 a. C. (o posiblemente poco antes), en el seno de la gens Sergia, familia del más noble origen patricio, aunque de poca fortuna social y económica.

Su bisabuelo, Marco Sergio Silo, por el contrario, se distinguió por participar en casi todas las batallas de la segunda guerra púnica.

En el año 73 a. C. fue llevado a juicio por adulterio con la virgen vestal Fabia, aunque Quinto Lutacio Cátulo, principal líder de los optimates, testificó en su favor y Catilina fue exculpado.

Una vez de vuelta en Roma, en 66 a. C., se presentó como candidato para las elecciones consulares, último escalón del cursus honorum.

Sin embargo, el cónsul Lucio Volacacio Tulo le impidió ser candidato por motivos de forma.

Luego, ellos mismos se erigirían como cónsules y Pisón sería enviado a Hispania para organizar sus provincias.

Al final, Sila fue exculpado y Cicerón recibió un importante crédito, que invirtió en una nueva vivienda.

Durante el año 64 a. C., Catilina fue aceptado de forma oficial como candidato a las elecciones consulares del año 63 a. C. Se presentó junto a Cayo Antonio Híbrida, del que se sospechaba que había sido uno de los conspiradores.

En las elecciones del año 62 a. C., Catilina fue derrotado nuevamente, esta vez por Décimo Junio Silano y Lucio Licinio Murena, lo que quebró definitivamente sus ambiciones políticas.

Mientras el malestar de la población se dejaba sentir por los campos romanos, Catilina hizo los preparativos finales para la conjura en Roma.

Sus planes incluían los incendios y la matanza de senadores, tras los cuales se uniría al ejército reunido por Manlio.

Justamente por entonces se encontraban en Roma dos embajadores pertenecientes a la tribu gala de los alóbroges.

La idea era que, al estallar la revolución, cruzasen los Alpes con su caballería y se uniesen a los sublevados.

Umbreno expuso a los embajadores de los alóbroges toda la conjura, incluyendo nombres, fechas, planes y lugares.

Cinco de los líderes conspiradores escribieron cartas a los alóbroges para que los delegados mostraran a su pueblo que existía una esperanza en esta conspiración, pero estas cartas fueron interceptadas en su camino hacia la Galia en el puente Milvio.

Se le cortó la cabeza y ésta fue llevada a Roma, como prueba pública de que el conspirador había muerto.

Cicerón pronuncia su discurso contra Catilina , por el pintor neorrenacentista y escultor italiano Cesare Maccari .