Proscripción

La proscripción implica la reclusión o la eliminación en masa de rivales políticos, entidades religiosas o enemigos personales, y se suele emplear en el contexto de revoluciones violentas.

Durante la guerra del Peloponeso hubo en Atenas proscripción bajo la tiranía de los Cuatrocientos tiranos, que duró cuatro meses, en el año 414 a. C. Ocho años después, los Treinta tiranos que Lacedemonia impuso a los atenienses proscribieron a todos los ciudadanos capaces de poner obstáculos a su despotismo.

Los mismos excesos se cometieron en las ciudades sometidas a los gobernadores de Esparta.

La ley en Atenas había previsto el caso de que un ciudadano fuese proscripto por un juicio del pueblo, lo cual se hacía con ciertas solemnidades; y el juicio que declaraba a un ciudadano enemigo de la patria ponía a precio su cabeza.

En tiempo de Sila y Mario, el primero inauguró sus numerosas proscripciones haciendo declarar enemigos públicos por el Senado a doce de sus miembros, entre los cuales estaba Mario.

[1]​ En los tiempos modernos se han registrado asimismo gran número de proscripciones, tales como: