Hispania romana

[2]​ En el siglo I a. C. los escritores latinos se refirieron a la península ibérica indistintamente como Hispania o Iberia.[5]​ Sin embargo, Roma aún tardaría casi dos siglos en dominar la totalidad de la península ibérica, debido principalmente a la fuerte resistencia que los pueblos del interior (celtíberos, lusitanos, astures, cántabros, etc.) ofrecieron a los invasores.[cita requerida] La dominación romana perduraría hasta la entrada en Hispania de las primeras tribus bárbaras, ya en el siglo V, formando durante los siete siglos de influencia romana una población homogénea en Hispania conocida como «hispanorromana».Al tiempo que Roma establecía su dominio sobre la península ibérica, también importaba a la misma su particular forma de entender la vida: su economía, su legislación, las infraestructuras que les permitieron crear y conservar un imperio y las manifestaciones artísticas de todo tipo.Es decir, el proceso que trajo consigo la pérdida de los idiomas indígenas, a excepción del vasco, y la concomitante y paralela sustitución de estos por el latín, del que más tarde derivarían las lenguas romances.La latinización no fue igual en toda la Hispania, sino que en la Ulterior fue de forma más acelerada.Dividió Hispania en tres partes, añadiendo la provincia de Lusitania que comprendía casi todo lo que hoy es Portugal (excepto la faja al norte del río Duero) y casi toda Extremadura y Salamanca (actuales).Posteriormente, con la reforma administrativa del Imperio que lleva a cabo Diocleciano (284-305), se dividió la antigua Tarraconense en tres provincias: Gallaecia, Cartaginensis y Tarraconensis, cuyos límites exactos se desconocen, pues no constan en ninguno de los documentos conservados.Las cinco provincias antes citadas (Lusitania y Baetica más las tres en las que se había dividido Tarraconensis) fueron integradas en la diócesis, junto con Mauretania Tingitana, al otro lado del estrecho.También concedió la ciudadanía romana a municipios ya existentes, premiando así su fidelidad en la guerra civil que mantuvo con Pompeyo en la Península, por eso la mayoría de ellos se encuentran en la Bética.
Cabeza de una antigua estatua romana de bronce , que a su vez era parte de un grupo escultórico. Fue hallada en el templo romano del yacimiento arqueológico de Cabezo de Alcalá , en Azaila ( Provincia de Teruel , Aragón , España ). Es una representación de un joven noble local, datada en el primer tercio del siglo I a. C. ( Edad de Hierro II ).
Muralla romana de Ampurias , punto de entrada de la invasión romana en la península ibérica .
Puente romano de Córdoba , ejemplo de la durabilidad de las obras civiles romanas.
Hispania según la primera división provincial romana.
División administrativa de Hispania en torno al 17 a. C.
Las provincias a su vez se dividían oficiosamente en conventus jurídicos, que reunían los pueblos que consultaban a la ciudad, cabecera del conventus.
División provincial de Diocleciano en 298.
Restos de la basílica de Baelo Claudia , en Tarifa, Cádiz. En algunos puntos de la ciudad se observa la influencia del modo de construir africano, ejemplo de como Roma absorbía los conocimientos de otras civilizaciones.
Las calzadas romanas facilitaban el transporte militar y comercial. En Hispania las más importantes eran la Vía Augusta, de la Plata, atlántica y del Norte