La rampa les permitió atravesar el foso y las murallas, con lo que consiguieron entrar destruyendo todo a su paso.
Atribuyó correctamente la cerámica a los íberos y reconoció la influencia helénica en la pintura.
Pierre Paris compró más tarde algunas de las cerámicas para el Louvre, con lo que el yacimiento hallaría reconocimiento mundial.
Desde 1919 Juan Cabré Aguiló excava científicamente el Cabezo de Alcalá y lo hará, con una interrupción durante la Guerra Civil, hasta 1944.
Cabré publicó sus numerosos hallazgos en varias obras, entre las que destaca La cerámica de Azaila.
El aljibe posee paredes de piedra que estuvieron enlucidas para hacerlo impermeable.
El agua para uso diario era recogida en el río Aguasvivas, a unos cientos de metros del poblado.
La ciudad es alargada y se extiende a lo largo de la cima del promontorio.
Las calles son de estilo romano: empedradas y con aceras a los lados.
[4] El suelo estuvo decorado con opus signinum y las paredes con frescos imitando sillares de piedra, realizados al parecer por artistas itálicos.
Las termas, fechadas entre los siglos I y II a. C., son de las más antiguas que se han descubierto en la península ibérica.
Los habitantes más ricos hicieron sus casas con un patio central y las dependencias a su alrededor: cocina, dormitorios, comedor, tablinum, etc.
Está realizada al estilo romano, más "moderno", con un patio central alrededor del cual se distribuyen las habitaciones.
Entre las casas, distribuidas en manzanas, se encuentran almacenes, grandes habitaciones llenas de tinajas.