Simone Martini (Siena, Italia h. 1284 - Aviñón, Francia h. 1344) fue uno de los grandes pintores del Trecento en Italia, una figura principal en el desarrollo de la primitiva pintura italiana e influyó fuertemente en el desarrollo del estilo gótico internacional.
Se desconoce el lugar y la fecha de su nacimiento, aunque es probable que viera la luz en Siena hacia el año 1285.
El padre posiblemente confió la formación de ambos al pintor Memmo di Filipuccio.
Sobrevive muy poca documentación en relación con su época, y muchas atribuciones son debatidas por los historiadores del arte.
Una copia de su Maestà, ejecutada poco después por Lippo Memmi en San Gimignano, testimonia la perdurable influencia que los prototipos de Simone tendrían en otros artistas a lo largo del siglo XIV.
Finalmente en el año 1328 pinta el fresco con el retrato ecuestre del capitán Giudoriccio da Fogliano en el Palazzo Publico.
En el año 1324 se casó con una muchacha llamada Giovanna, hija del pintor Memmo de Fillippuccio y hermana del pintor Lippo Memmi quien con el tiempo será el discípulo más conocido de Martini.
Tras su muerte, su cuñado Lippo Memmi fue el encargado de finalizar las obras que había dejado inacabadas.
En la sepultura de Simone se escribió el siguiente epitafio: Simoni Memmio pictorum omnium omnis ætatis celeberrimo.
Fue en el año 1339 cuando el artista marchó con su esposa Juana, su hermano Donato y su cuñado a Aviñón donde estaba la corte pontificia.
En 1344, fallece, pero en esos cinco años que dura su estancia, entablece una amistad con Petrarca mientras este estaba retirado en Valclusa.
Casi al mismo tiempo que realizaba las anteriores obras, Simone Martni se encontraba retratando al temple y sobre una tabla una Nuestra Señora y un San Lucas con otros Santos, que se hallan en la capilla de los Gondi, en Santa Maria Novella.
En la siguiente representó a la Religión y la Orden combatiendo con los herejes, representados por lobos que luchan contra unas ovejas, defendidas por perros de piel blanca y negra, que finalmente vencen.
También aparecen la Iglesia de Cristo, el Emperador, el Rey, los Cardenales, los Obispos y todos los Príncipes cristianos.
Más tarde, se le ve curado de su lascivia por San Alberto el Ermitaño, con lágrimas y arrepentido mientras que Dios con luz celestiañl desde el cielo parece perdonarle sus pecados.
En segundo lugar se refleja cuando San Ranieri reparte sus bienes entre los pobres de Dios.
Este detalle muestra el interés de Martini por los temas profanos propios de la miniatura franco-borgoñona y, a su vez, nos da cuenta del notable avance del realismo que triunfará en el estilo internacional y, en el siglo siguiente en el Renacimiento.
Todo hace suponer que se hubiese trasladado al lugar, tal como había hecho antes de pintar otros dos castillos.
El capitán es una elegante figura heráldica con un vestido verde y dorado que asimismo cubre el caballo.
El Retablo de la Anunciación ha sido reconocido por los historiadores del arte y por la crítica como una obra maestra.
El banco donde se sienta la Virgen tiene profundidad, es decir, tres dimensiones igual que el libro sostenido en sus manos, en el cual penetra la luz por las páginas entreabiertas.
La Colección Carmen Thyssen-Bornemisza cuenta con una tabla relevante de Martini, San Pedro [1], perteneciente a un políptico cuyas restantes piezas se conservan en museos americanos como el Getty Center de Los Ángeles.