La Maestà es una pintura al temple sobre tabla realizada entre 1308 y 1311, considerada la obra maestra del pintor italiano Duccio.
[1] Maestà («majestad» en italiano) es la denominación de un tema iconográfico del arte cristiano medieval occidental que representa a la Virgen con el Niño entronizada, de forma similar al Theotokos bizantino.
[3] Según diversos análisis estilísticos, el artista comenzó su trabajo por la parte superior, realizando los áticos frontal y posterior, y luego habría ido bajando, siendo la última pieza ejecutada la predela del reverso.
La parte anterior del retablo, con su gran imagen de la Virgen y el Niño, se podía ver a gran distancia, y estaba pensada para los fieles que acudían a la iglesia; en cambio, la cara posterior, con escenas de menor tamaño, estaba reservada al clero.
Las imágenes de la predela se pudieron separar fácilmente, porque estaban sobre una tabla horizontal.
[7] Por otro lado, una vez separadas las imágenes se desperdigaron rápidamente, por lo que algunas de ellas fueron a parar a diversos museos y colecciones privadas de Europa y Estados Unidos.
[12] Sin embargo, su influencia traspasó las fronteras, especialmente a Francia, donde se denota su influjo en artistas como Jean Pucelle.
[13] La Virgen se encuentra sobre un trono de base pentagonal, que crea efectos de profundidad al sobresalir su base hacia delante, mientras que el banco retrocede y los laterales se abren hacia fuera.
Sobre el trono se halla un tejido cuyos pliegues caen pesadamente, con unos efectos de plisado conseguidos gracias al claroscuro y a la perspectiva lograda con los ornamentos dorados.
[14] En la base del trono aparece una inscripción en latín: MATER SANCTA DEI – SIS CAUSA SENIS REQUIEI SIS DUCIO VITA – TE QUIA PINXIT ITA, que significa: «Santa Madre de Dios, sé causa de paz para Siena, y guarda la vida de Duccio, que así te pintó».
El Niño Jesús viste una camisa blanca transparente y un manto rojo con ornamentos dorados.
Ocho de ellos están apoyados sobre el trono y otros doce a ambos lados, en posiciones simétricas a izquierda y derecha, aunque sin caer en la monotonía, ya que presentan distintas actitudes en la posición de la cabeza o en la mirada.
Tres de ellos están vestidos con túnicas y llevan cruces en la mano, mientras que san Sabino, que era obispo, está vestido con indumentaria episcopal y lleva un báculo en la mano.
[20] La serie de escenas secundarias presenta una mayor acción y efectos narrativos que la gran imagen central, más solemne y donde las figuras se muestran más mayestáticas, al tiempo que están circunscritas a marcos arquitectónicos o exteriores de paisaje, frente al fondo dorado de la imagen central.
[33] Estas 43 escenas eran observables solo desde el presbiterio de la catedral y en principio estaban destinadas a los miembros del clero.
Duccio se reveló aquí como un gran narrador y un experto en la representación de contenido iconográfico.
Supo plasmar con acierto una temática que le venía marcada por la tradición e introducir novedades en la misma, elaborando unas escenas de gran viveza que otorgaban un aire contemporáneo a las imágenes legadas por la antigüedad.
De las escenas del ático se han perdido la Ascensión y el Cristo Glorificado.