Su promoción está en un relato atribuido a San Melitón, obispo de Sardes (ciudad de Asia Menor) en el siglo II, que fue divulgada en el Occidente cristiano en el siglo VI por Gregorio de Tours y más tarde en el siglo XIII por Santiago de la Vorágine en su Leyenda dorada.
El relato supone que María subió a los cielos en cuerpo y alma (Asunción de la Virgen) y allí fue coronada por Cristo, Dios Padre o la Santísima Trinidad.
La Iglesia católica conmemora su festividad el 22 de agosto.
En general, durante la Edad Media y primer Renacimiento, la Virgen es coronada por Cristo.
Otra posibilidad es la representación de la Virgen coronada por la Trinidad, con el Padre a la derecha del espectador, el Hijo a la derecha del Padre y el Espíritu Santo en una posición central, figurado simbólicamente como una paloma.