Es un templo de planta basilical con tres naves de tres tramos, torre a los pies y ábside poligonal.
La fábrica se cubre a tres aguas, y la fachada principal se encuentra orientada al mediodía.
Otros elementos, anteriores a esta fecha, nos remontan a una planimetría realizada hacia 1544, siguiendo trazas de Juan de Vega.
Al interior, las naves a igual altura conforman una planta de salón muy espaciosa, con pilares cilíndricos y fasciculados, de tradición gótica, y bóveda de terceletes y combados.
Este, al igual que otros dos retablos salomónicos, pertenecen al siglo XVIII y resultan de gran interés tanto por su imaginería como por su estructura.