El zarévich efectivamente mejoró —algunos investigadores sostienen que fue mediante hipnosis—[cita requerida] y la familia Románov, especialmente la zarina Alejandra, cayó bajo la influencia de este controvertido personaje.
: «En el pueblo de Pokróvskoye, en la familia del campesino Yefim Yákovlevich Rasputin y su esposa, ambos ortodoxos,[3] nació un hijo, Grigori».
[8] En Pokróvskoye, el joven Rasputín era considerado un extraño, pero dotado de dones misteriosos.
[11] Más o menos a esa edad, harto de soportar que otros niños lo llamasen «enclenque», un día se resolvió y les agredió.
Sin embargo, en conjunto, Rasputín siguió siendo un muchacho demasiado disperso como para convertirse en un hombre de provecho.
Empezó a beber y lo detuvieron junto con otros por el robo de unos caballos.
Finalmente, la asamblea rural lo absolvió, aunque los demás fueron desterrados a la Siberia Oriental.
[14] Ingresó poco después en una secta cristiana condenada por la Iglesia Ortodoxa Rusa conocida como jlystý ('flagelantes'), quienes creían que para llegar a la fe verdadera hacía falta el dolor.
El ingreso en esta congregación marcó al profeta siberiano de por vida —esto explicaría la notoria vida sexual que tuvo en años posteriores y que acabó ennegreciendo su reputación de hombre santo—.
Considerado amigo íntimo del zarévich Alekséi Nikoláievich y su «médico» personal, ya que este le proporcionaba una especie de «hipnosis curativa» y le ofrecía la seguridad que su sobreprotectora madre no podía ofrecerle, el futuro de la dinastía Románov estaba en sus manos.
[19] El primer ministro Aleksandr Trépov le ofreció doscientos mil rublos para que regresase a su pueblo natal y fracasó.
Finalmente, la conjura que tuvo éxito fue la del príncipe Félix Yusúpov, en la que también estaban implicados un líder derechista de la Duma, Vladímir Purishkévich, y dos grandes duques, Dmitri Pávlovich y Nicolás Mijáilovich.
Exasperado porque el veneno parecía no hacer efecto, Yusúpov le disparó un tiro con una pistola Browning y lo dejó por muerto mientras se preparaba para salir a deshacerse del cadáver.
[21] Después arrastraron el cuerpo con cadenas de hierro y lo arrojaron al río Nevá.