Ese mismo año el nuevo estudio demostró sus habilidades en su primera producción, titulada Banjo, el gato vagabundo, un cortometraje que tiene lugar en su ciudad natal, Payson, Utah, que narra la historia ambientada en la década 1940 donde un gato llamado Banjo viaja a Salt Lake City.
[2] Esto no hizo que Bluth y su equipo se dieran por vencidos, así que junto con Gary Goldman, Rick Dyler y John Pomeroy fundaron Bluth Group y decidieron adentrarse en el ámbito de los videojuegos de arcade con el lanzamiento de Dragon's Lair en 1983, un videojuego con animaciones innovadoras para su época, que utilizaba vídeo pregrabado en un disco óptico Laserdisc, y en 1984 con Space Ace, un videojuego de ciencia ficción basado en la misma tecnología que Dragon's Lair.
En 1985, Bluth, Pomeroy y Goldman establecieron junto con el empresario Morris Sullivan, los estudios Sullivan Bluth, quienes inicialmente operaron desde una instalación de animación en Van Nuys, California, pero luego se trasladaron a Dublín (Irlanda), para aprovechar las inversiones e incentivos del gobierno irlandés.
[5] En 1989, Bluth y su equipo se separaron de Universal Studios y con esto de Steven Spielberg, cuando decidieron ser una empresa independiente de animación, solo necesitaban distribuidoras, entre ellas estaba United Artists para su próxima realización Todos los perros van al cielo (1989), que aunque es una película reconocida a nivel mundial, tuvo un resultado modesto en taquilla pero con buenas ventas en su formato casero.
[6] Cabe mencionar que en las secuelas de The Land Before Time y An American Tail, ni Don Bluth ni Steven Spielberg estuvieron involucrados (salvo en An American Tail: Fievel Goes West donde Spielberg estuvo a cargo de la producción), fue lo mismo que ocurrió con la secuela Todos los perros van al cielo 2 (1996) de Metro-Goldwyn-Mayer.
[8] Sin embargo, está película en España e Hispanoamérica, se le ha considerado una obra animada de culto.
[10][11] y The Pebble and the Penguin (1995) tuvo una recaudación aceptable y críticas mixtas a negativas, sumándole a una terrible producción, debido a los constantes cambios que se pedían bajo intromisión ejecutiva hacia el estudio de Don Bluth, quien llegó a renunciar y pedir que su nombre no fuera acreditado, lo que hizo que MGM contratará estudios de animación provenientes de Hungría para ahorrar costos de animación.
Aunque el videojuego es técnicamente una versión, tuvo una buena recepción, como para los jugadores veteranos como para los de nuevas generaciones.
Se reveló a inicios de 2020, que la película estaría distribuida por Netflix y Ryan Reynolds daría su voz al caballero Dirk.