Estas lenguas tienen muchos rasgos comunes entre sí y diferentes a las de otras familias de lenguas, incluso habladas en zonas próximas del mundo; sin embargo, lo que da unidad a las lenguas indoeuropeas es el parentesco filogenético y la historia de la familia, que se ha podido reconstruir con bastante detalle gracias al método comparativo y la lingüística histórica.
También se propuso en algún momento un posible origen de la familia en la Península anatolia, especialmente por parte del arqueólogo Colin Renfrew.
Por similitud con los conceptos de romanización o arabización, se utiliza el concepto de indoeuropeización para designar a la aculturación y sustitución lingüística que se produjo como consecuencia del contacto con los pueblos indoeuropeos o protoindoeuropeos.
[14] Entre los más importantes indoeuropeístas (los dedicados a estudios indoeuropeos, especialmente la filología indoeuropea) están William Jones, Rasmus Rask, Franz Bopp, Friedrich Schlegel, Jakob Grimm, Georges Dumézil,[15] y Ferdinand de Saussure;,[16][17] Émile Benveniste, Jerzy Kuryłowicz, André Martinet, Winfred P. Lehmann, Tamaz V. Gamkrelidze y entre los hispanohablantes Francisco García Ayuso, Antonio Tovar, Francisco Rodríguez Adrados y Francisco Villar Liébana.
[18] Como consecuencia del empleo diferente que puede darse al concepto (científico o pseudocientífico), muy diferentes instituciones llevan el nombre de «estudios indoeuropeos»: El filólogo Giovanni Semerano dedicó su vida a trazar los orígenes de las lenguas europeas y afirma que la hipótesis del indoeuropeo no es plausible.
[cita requerida] En sus obras Los orígenes de la cultura europea y La fábula del indoeuropeo critica las ideologías que pueden favorecer el racismo.
Para Semerano la teoría del indoeuropeo es una hipótesis mantenida con vida para que sirva a una ideología definida como etnorracista, socioclasista y de castas.