Prerromanticismo

Mas, a la vez, se va forjando en varios países una reacción de signo radicalmente contrario.

Después de grandes desastres y grandes desdichas, cuando los pueblos comiencen a respirar, y las imaginaciones excitadas por espectáculos terribles, se atrevan a pintar cosas que ni siquiera podemos concebir los que no hemos sido testigos de ellas.

En la España del siglo XVIII, un novator ilustrado como el padre Benito Jerónimo Feijoo anticipa la estética (que no la obra) del movimiento romántico a través de su ensayo o discurso "El no sé qué" (1734).

Además, los grandes escritores del siglo XVIII acusan en los últimos años de su vida la crisis del Neoclasicismo e inician la tendencia prerromántica; sin embargo, el Romanticismo pleno no llegó a entrar sin dificultades: se identificaba demasiado con el inmovilismo y el tradicionalismo de los que huían los liberales españoles.

Alemania, enemiga de Francia,[3]​ se rebela rápidamente por patriotismo literario contra el afrancesamiento neoclasicista.

En oposición a la Aufklärung, que seguía en Alemania las tendencias de la Ilustración francesa, surge el movimiento juvenil del Sturm und Drang[4]​ ("tormenta e ímpetu"), cuyas composiciones se basan en las propias tradiciones germánicas y en los cantos de Ossian.

Los stürmer odian las reglas clasicistas o toda regla que obstaculice a la expresión de sus pasiones, y propugnan el retorno a la naturaleza, la libertad en los sentimientos y en el arte, con afán de originalidad.

Pero para Herder, en contra de la Ilustración, la literatura no debe seguir unas pautas o unos modelos, sino la inspiración del genio, enraizado en su época y su entorno cultural.

En la primera, de rasgos típicos prerrománticos, escribe sus dramas Goetz de Berlinchingen, Clavijo (1774; su personaje principal es el escritor español José Clavijo y Fajardo y por asunto sus amores con la hermana del escritor francés Beaumarchais), Egmont, el poema Prometeo (1774) y la novela Las cuitas del joven Werther (1774), en su mayor parte en forma epistolar.

También su vida se puede dividir en dos etapas, iniciada la segunda tras entablar amistad con Goethe (1749), diez años mayor que él, quien le acoge en la corte de Weimar, donde pasa el resto de su vida.

La amistad entre Goethe y Schiller, que llegaron a colaborar en los Xenia (Colección de seiscientos epigramas, a los que dan un título de Marcial), fue muy fecunda y, aunque poseían distinto temperamento, se beneficiaron mutuamente.

A las creaciones dramáticas de su juventud anteriormente citadas, le siguen una serie de trabajos sobre estética, como Cartas sobre la educación estética del hombre, Callias y Sobre la poesía ingenua y la sentimental.

Escribió también los poemas Himno a la alegría, que inspiró a Beethoven su Novena Sinfonía;[5]​ Los dioses de Grecia, El ideal de la vida y otras baladas, entre las que destaca La campana, su poema más famoso.

Ossian , bardo celta relacionado con el prerromántico James Macpherson , pintado por François Pascal Simon Gérard .
El joven prodigio Thomas Chatterton , uno de los precursores del Romanticismo
Jean-Jacques Rousseau, por Maurice Quentin de La Tour .
Johann Wolfgang von Goethe.
Friedrich Schiller.