El actual templo se construyó en el siglo XII d. C. por los mayas itzaes en su capital, la ciudad de Chichén Itzá, fundada originalmente en el siglo VI d. C.[2] Su diseño tiene una forma geométrica piramidal; cuenta con nueve niveles, cuatro fachadas principales, cada una con una escalinata central, y una plataforma superior, rematada por un templete.
En esta construcción, se rindió culto a la entidad maya Kukulcán (del maya yucateco: Kꞌuꞌukꞌul Kaan ‘serpiente emplumada’),[3] razón por la cual se pueden apreciar motivos serpentinos en la decoración arquitectónica.
Existen fotografías tomadas a principios del siglo XX donde aparece la pirámide cubierta parcialmente con dicha vegetación.
En gran medida, el arqueólogo José Erosa Peniche influyó en la autorización de dicha exploración.
El recinto donde se realizó el hallazgo fue bautizado como sala de las ofrendas o cámara norte.
En el lomo se encontraba un disco de turquesas, el cual aparentemente servía para quemar copal; ambas figuras tienen su vista dirigida al NNE (nor-noreste).
Al ser una sociedad inicialmente agrícola, los mayas observaron con detenimiento el comportamiento de las estaciones, las variaciones de las trayectorias del Sol y las estrellas, combinando sus conocimientos, lograron registrarlos en la construcción del templo dedicado a su dios Kukulcán.
Como ornamentación, el edificio tiene 260 cuadrángulos, que coinciden con el número de días del calendario Tzolkin.
[17] De esta forma, y acorde a los calendarios utilizados por los mayas, se puede deducir que la pirámide no solamente está dedicada al dios Kukulcán, sino que también observa la cuenta del tiempo dando particular relevancia a sus ciclos.
Hacia finales del siglo XX el turismo en Chichén Itzá se incrementó y fue cuando accidentalmente los guías de turistas descubrieron un efecto acústico que se produce en la escalinata NNE de la pirámide.
Técnicamente, esto se debe a que el sonido producido por la fuente se propaga de forma simultánea para chocar con los escalones inferiores y superiores de la escalinata; el sonido llega primero a los más cercanos, es decir, los inferiores, y una fracción de milisegundo después a los superiores.
Este movimiento aparente tiene una variación adicional si nos trasladamos a diferentes latitudes del planeta.
Construyeron así la pirámide de Kukulcán teniendo en cuenta todas estas variables.
La duración del efecto comienza aproximadamente tres horas antes del ocaso; al principio de estas horas se puede ver en la balaustrada una forma de luz ondulada que poco a poco se va cerrando para formar siete triángulos isósceles, los cuales solo pueden verse durante diez minutos; después comienzan a desaparecer paulatinamente.
La lengua tiene semicírculos que hacen alusión a la trayectoria diaria del Sol en el cielo.
En los demás puntos geográficos que se encuentran localizados entre ambos trópicos, el paso cenital ocurre dos días al año, las fechas dependen de la latitud en la que se ubiquen y son distintas en cada lugar.
Los primeros investigadores para el caso de Chichén Itzá fueron Franz Tichy, Johanna Broda y Susan Milbrath.
Broda concluyó que las culturas mesoamericanas eligieron cuidadosamente la ubicación de sus centros ceremoniales registrando el movimiento aparente del sol sobre el horizonte y observando los pasos cenitales.
[33] Recientemente las investigaciones realizadas por Arturo Montero García, Jesús Galindo Trejo y David Wood Caso han detectado que cuando se observa el amanecer el día del paso cenital, el sol se encuentra a 67°30′ azimut, y que visto desde lo alto del templo de Kukulcán, la dirección coincide con la esquina noreste de la misma edificación.
Ese mismo día, en el interior del cenote se puede ver la vertical de los rayos solares en el momento del cénit, esta coincidencia podría tener un simbolismo religioso relativo al inframundo de la cosmovisión maya.
Debido a que no pudo observar los efectos de luz y sombra, atribuyó un posible error en la construcción de los mismos, nunca se imaginó que esta variación había sido totalmente premeditada siglos antes por los constructores mayas, por otra parte las medidas referidas parecen tener cierta variación con las reales: ...