En este Período Clásico, los Mayas desarrollaron una de las astronomías pre-telescopio más precisas del mundo.
La Vía Láctea era parte central de su Cosmología y la llamaban, aparentemente, Wakah Chan, y la relacionaban con Xibalbá, incluso los Kiche' de Guatemala aún la llaman Xibalbá be o camino a el inframundo.
Tenían un Zodiaco, basado en la Eclíptica, que es el paso del Sol a través de las constelaciones fijas.
Esto les daba un especial poder sobre el pueblo que los consideraba así íntimamente ligados a las deidades.
En la parte superior se encontraba la bóveda celeste, sostenida por los Bacabs, donde tenían lugar los principales fenómenos astronómicos, en particular el recorrido diurno del sol.
En este tenebroso lugar se libraba una despiadada lucha del sol, después de su recorrido diurno por la bóveda celeste, con los seres y deidades infernales, a las que vencía reiniciando así su travesía por el nivel superior del universo.
Otros autores como Erick Velázquez (epigrafistas) han señalado que esto es relativo a ciertos grupos mayas, ya que en inscripciones encontradas en Palenque, las cuentas mencionan a períodos superiores en tiempo al mismo.
Cuando el Tzolk'en y Haab' han pasado, se conoce a esa fecha como una ronda de calendario.
Cuándo esta fecha ocurre otra vez se conoce como el fin de la ronda del calendario.
Los calendarios maya y europeo son correlacionados al usar el mismo día Juliano en la fecha del mito de la creación — 13.0.0.0.0, con 4 Ajaw, 8 Kumk'u.
Los conquistadores españoles y los apóstoles, pensando que estos propiciaban la expansión de una religión pagana, los destruían tan pronto como los encontraban.
En ocasiones, marcaban otros fenómenos astronómicos como por ejemplo un aviso de eclipse en la Estela Quirigua E –9.17.0.0.0.
[8] La planificación de las ciudades se hacía a menudo en línea con acontecimientos y rutas astronómicas.
En los Trópicos, el Sol pasa directamente sobre la tierra dos veces cada año, muchas estructuras conocidas en templos mayas fueron construidas para observar este fenómeno.
Una serie de intervalos diferentes están en los monumentos Mayas que pueden servir para aproximar el año tropical.
Este almanaque cubre algunos años antes y después del 1520, cuando el códice puede que ya estuviera en manos de los españoles.
[22] El almanaque Largo (páginas 12b a 18b) incluye iconografía del Haab, astronomía y lluvias abundantes.
El almanaque contiene varios glifos de eclipses, situados en momentos históricos correctos.
Los eclipses y las fechas del calendario permiten datar al almanaque en el año 924.
Es imposible de constatar sus longitudes o fechas, pero se pueden reconocer dos rituales Haab'.
[27][28] Anthony Aveni y Horst Hartung publicaron un extenso estudio sobre la alineación de los edificios en el área Maya.
Una de las ventanas en la torre redonda proporciona una tira estrecha para ver el ocaso en los equinoccios.
El Almanaque también hace referencia al solsticio de verano y a las ceremonias Haab' uayeb del siglo X.
El Almanaque también hace referencia al solsticio de verano y a ceremonias Haab' uayeb del siglo X.
[53] Los murales Bonampak muestran la victoria de rey Chaan Muan con sus enemigos tumbados, suplicando por sus vidas en una fecha que era amanecer heliacal de Venus y el pase cenital del sol.
Cuando la Tierra pasa planetas más grandes en su órbita más cercana al Sol da la sensación de que estos dan un parón en su movimiento orbital para luego volver a retomar la marcha.
Milbrath ve un enlace claro entre las imágenes del Dios K y las fechas que coinciden con sus puntos estacionarios en retrógrado.
Esto pasa dos veces al año, este fenómeno es conocido como el nodo ascendente o descendiente.
La información astronómica incluye referencias a eclipses, los ciclos sinódicos de Venus y constelaciones zodiacales.
Su mayor característica es una nube de polvo grande que forma una grieta oscura en sus partes sur y occidental.