A partir del siglo XIII se dan las condiciones que permitieron el florecimiento de la cultura mixteca.
Allí fundó el reino de Tututepec (Yucudzáa) y después emprendió una campaña militar para unificar numerosos estados bajo su poder, entre ellos sitios tan importantes como Tilantongo (Ñuu Tnoo Huahi Andehui).
Esto no habría sido posible sin la alianza con Cuatro Jaguar, señor de filiación nahua-tolteca que gobernaba Ñuu Cohyo (Tollan-Chollollan).
Durante todo el Posclásico se intensificó la red de alianzas dinásticas entre los estados mixtecos y zapotecos, aunque paradójicamente aumentó la rivalidad entre ambos pueblos.
Cuando los españoles llegaron a La Mixteca, muchos señores se sometieron voluntariamente como vasallos de España y conservaron algunos privilegios.
[2] Los mixtecos nunca formaron una unidad política que integrara a todos los poblados ocupados por miembros de ese pueblo, aunque bajo el gobierno de Ocho Venado en Tilantongo se conformó la mayor unidad política que conociera esa nación precolombina.
[4] La delimitación tentativa propuesta por González Leyva indica que... De acuerdo con sus características se suele dividir en varias regiones cuyos límites son igualmente imprecisos.
En la Mixteca Alta nacen varios ríos que son afluentes de cuencas tan importantes como la del río Balsas y el Atoyac.
Como la mayor parte de las sociedades mesoamericanas, los mixtecos no formaron una unidad política en la época prehispánica, sino que estaban organizados en pequeños Estados compuestos por varias poblaciones enlazadas por relaciones jerárquicas.
En sitios como Huamelulpan y Tayata se han encontrado figurillas que poseen características iconográficas olmecas, estilo ampliamente difundido en casi toda Mesoamérica durante el primer milenio antes de la era cristiana.
Sin embargo, la historia de Monte Albán marcaría varias diferencias con los señoríos mixtecos, entre ellos las dimensiones espaciales bajo el dominio estatal.
En la Mixteca, los estados dominaban pequeños territorios que en ocasiones no rebasaban los cien kilómetros cuadrados de superficie.
[16] Sin embargo, a diferencia de la sociedad zapoteca, con una sola capital en Monte Albán; los mixtecos estaban organizados en pequeñas ciudades estado que pocas veces rebasaron los doce mil habitantes.
[27] Estas poblaciones estaban organizadas en pequeños Estados hostiles entre sí, encabezados cada uno por una ciudad de primera importancia que regía sobre otros poblados sujetos a su autoridad.
Es especial el caso de las relaciones entre mixtecos y zapotecos, presente en épocas anteriores pero ahora más intensa.
Estas relaciones no eran solamente resultado de su vecindad en la misma región, tenían propósitos económicos y políticos.
Si bien esta localidad tuvo ocupación anterior al Posclásico, presenta indicios de un crecimiento demográfico espectacular entre los siglos IX y X, relacionado precisamente con la migración mixteca desde las tierras altas.
[34] El día 13 lagarto del año 7 casa (1097), Ocho Venado se entrevistó con Cuatro Jaguar que fue un importante aliado en su ascenso al poder.
Tras la caída de México-Tenochtitlan en 1521, los españoles y sus aliados indígenas concentraron sus ataques hacia otros pueblos tales como los mixtecos.
La transición al Clásico marca el desarrollo de la vida urbana plena en esta región y en la mayoría del territorio mesoamericano.
Los matrimonios entre los dzayya yya implicaban que este grupo conservaría siempre su posición privilegiada y la heredaría a su descendencia.
Las alianzas se solían sellar mediante el matrimonio entre los miembros de los linajes nobles, lo que con frecuencia implicaba casamientos incestuosos.
Ello ocasionó una grave deforestación que afectó a gran parte del territorio mixteco, considerado como uno de los más erosionados en la República Mexicana.
La variedad recogida por los dominicos parece corresponder con la empleada en Yucundaa (Teposcolula), que pudo haber servido como lingua franca en la región.
Contaban con una escritura pictográfica, de la que se conservan testimonios prehispánicos como los códices Nuttall (Tonindeye), Selden, Vindobonensis, Becker I y Colombino.
Esta escritura es básicamente pictográfica, aunque no son pocos los elementos jeroglíficos e ideográficos que la complementan.
Se ha especulado con la posibilidad de que el culto a Huehuetéotl haya sido uno de los primeros en tomar forma en Mesoamérica, puesto que sus representaciones se han encontrado en poblaciones tan antiguas como Cuicuilco hasta las grandes urbes del Posclásico como la propia Tenochtitlan.
En algunas efigies obtenidas en Cerro de las Minas, el dios mixteco del fuego aparece sosteniendo entre las manos sahumadores o vasijas especiales para encender tabaco.
La superficie de estas estaba decorada con gran profusión, con temas y colores similares a los que se encuentran en los códices mixtecos.
Sin embargo, las mejores esculturas mixtecas son pequeñas piezas talladas con igual virtuosismo y profusión que los terminados de la cerámica.